Que también las acciones violentas cometidas con ocasión de la intentona separatista o en los meses posteriores, que en algunos casos merecen la calificación de terrorismo, pudieran quedar impunes y escapar a la acción de los Tribunales añade un punto de indignidad a la ya de por sí vergonzosa amnistía que, contra toda lógica, ha pactado el PSOE con ERC y cuyos detalles negocia aún con Puigdemont.

Era inconcebible hasta hace muy poco que un partido como el socialista, con responsabilidades de Estado, se pudiese plantear un desprecio semejante al ordenamiento jurídico y al sentido común.

El ‘impasse’ en el que quedaron ayer las negociaciones entre Sánchez y Puigdemont, a causa de nuevas exigencias del prófugo, ha retrasado la presentación de la proposición de ley de amnistía. Pero ERC, al valorar su acuerdo con el PSOE, señaló que la amnistía alcanzará, "sin excepciones", a "todas las personas ‘represaliadas políticas’ con causas penales, civiles, contables y administrativas" abiertas en relación con la intentona de 2017. Esto supondría que también las actos de violencia callejera se beneficiarían del ‘olvido’ judicial y quedarían impunes. Para calibrar la virulencia de algunas de esas acciones conviene tener en cuenta la decisión que ayer mismo tomaba la Audiencia Nacional de abrir juicio oral a doce miembros de los llamados ‘comités de defensa de la república’ (CDR), a los que se acusa de pertenencia a organización terrorista y depósito y fabricación de artefactos explosivos. Por lo tanto, según parece, el PSOE, en su afán por mantener a Sánchez en el poder, sería capaz incluso de amnistiar a grupos terroristas. Toda la negociación con los separatistas, especialmente en torno a la amnistía, está siendo un despropósito, pero este punto concreto de lenidad con la violencia debería ser más que suficiente para que los socialistas comprendiesen que han entrado por un camino que solo conduce al descrédito y el desarme del Estado de derecho.