Turbulencias en Vox
El grupo municipal de Vox se ha desmarcado del gobierno del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza y ha sumado sus votos a los de la izquierda (tanto el PSOE como la extrema izquierda de ZEC) para sacar adelante una comisión de investigación solicitada por los socialistas que analice la prórroga del contrato del autobús, aprobada a finales de julio y que deja a la empresa Avanza cuatro años más al frente del servicio. Este inesperado y sorprendente gesto llega en un contexto delicado a nivel nacional, en el que el partido de extrema derecha acaba de entrar en el Consistorio valenciano y ya ha anunciado que no descarta hacer lo propio también en aquellos que gestionan los populares en la comunidad aragonesa, como es el caso de la capital o de Huesca.
Vox viene manifestando abiertamente su interés de entrar a formar parte de los gobiernos municipales aragoneses allá donde, como en Zaragoza o Huesca, hay un alcalde del PP sin mayoría absoluta. Al mismo tiempo, la tensión entre los dos socios en el Gobierno de Aragón ha ido creciendo con la amenaza del minoritario de bloquear la tramitación de las ordenanzas fiscales en el Ayuntamiento de Huesca y, ahora, al votar con la izquierda y la extrema izquierda para investigar la prórroga del autobús de Zaragoza.
Estos movimientos contradictorios de Vox muestran su deseo de presionar al partido de Jorge Azcón para gobernar en alianza también en los ayuntamientos de las tres capitales, aunque las alcaldesas no están de acuerdo. El partido de extrema derecha quiere situar el foco de la atención pública fuera de su sede justo cuando su exdirigente Macarena Olona ha denunciado que su antiguo partido ha desviado en los últimos años casi once millones de euros de dinero público a fundaciones y empresas.
