Feliz Navidad

Instalación de las las luces de Navidad en el Paseo de la Independencia
Feliz Navidad
A. E.

Ya es Navidad en la ciudad, ya hay turrón y polvorones en el supermercado y ofertas que nos animan a preparar esas fechas tan señaladas para que luego los regalos no nos pillen desprevenidos.

Hoy es mañana. Aquí es allá. Ser es tener. Pararse, mirar el paso de una nube, el discurrir de un río, la gracia de una vecina, atravesar un mercadillo porque sí, escuchar el sonido del tenedor batiendo el huevo en un plato de cristal ámbar a través de los tejados son lujos que no podemos permitirnos. Tenemos prisa porque el tiempo va más rápido que nosotros y nuestro afán es perseguirlo, para ver si, por una vez, unimos el tiempo real y el subjetivo y podemos encontrar la paz. Hay en la ciudad luces, árboles de Navidad, decoración, alfombras rojas, ofertas y todavía no estamos en noviembre. Somos actores de teatro que no han terminado su parlamento y a los que el tramoyista les cambia el decorado. No sabemos cómo reaccionar. Sería raro seguir con lo mismo si ahora el panorama es otro. Conozco una estrella de Navidad muy grande y algún belén que trabajan todo el año. Puede que sea esa la solución. Vivir todo al mismo tiempo o, quizá, no vivir en este tiempo, como dioses perdidos que no encuentran su paraíso y que tienen otro concepto de las palabras aquí y ahora. Estamos cada vez más lejos de entendernos, en una huida frenética hacia adelante, cegados, amordazados y seducidos por el brillo de las pantallas, la luz, el ruido y los olores dulzones de las tiendas. 

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Juan Luis Saldaña)

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