Por
  • Pilar Cernuda

Pere Aragonés pide paso

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, interviene durante el Debate de Política General de la legislatura.
Pere Aragonès
Title EP

La iniciativa del PP de promover una reunión en el Senado de la Comisión General de las Comunidades Autonómicas, con participación de los presidentes de los gobiernos regionales, parecía un paso en falso que el partido no podía permitirse en estos momentos tan confusos. 

Sin embargo, los hechos posteriores, con el anuncio de que no acudiría ningún miembro del Gobierno, tampoco los presidentes socialistas de los gobiernos regionales, ni Urkullu… pero sí Pere Aragonés, han dado un vuelco a la situación.

Nadie lo había previsto, y su decisión indica que busca su sitio, que pide paso. Debe estar harto de que Pedro Sánchez y su equipo le puenteen permanentemente con Junqueras o Rufián para negociar todo lo relacionado con los apoyos a la investidura.

El debate de hoy puede crear un problema serio a Sánchez en el peor momento, porque si el presidente de la Generalitat acude a una reunión con tantas ausencias de dirigentes socialistas más la de Urkullu, Aragonés se convertirá en el protagonista de la sesión. Cuenta con información de primera mano sobre las negociaciones de ERC con el Gobierno, y hasta es posible que tenga datos también sobre cómo respira Puigdemont, aunque no sea miembro de su partido. Sabe todo porque es impensable que Junqueras y Rufián no informen al presidente de la Generalitat sobre qué están hablando con el PSOE, qué pasa con la amnistía y el referéndum, hasta dónde está Sánchez dispuesto a llegar para mantenerse en el poder.

El presidente de la Generalitat, que acudirá hoy al Senado a defender la amnistía
de los independentistas condenados y la organización de un referéndum
de autodeterminación, aumenta así la presión sobre Pedro Sánchez 

Preside la comisión parlamentara Luisa Fernanda Rudi, a la que sobra experiencia en esas funciones, como expresidenta del Congreso y expresidenta autonómica. Por mucha estrategia que intente aplicar el grupo socialista para rebajar el tono, Rudi sabrá arreglárselas para que el trabajo se centre en aquello para lo que fue creada la comisión, aunque el Gobierno se haya inclinado por la ausencia y el peso lo llevará el grupo parlamentario. A no ser que cambie de idea al conocer la asistencia del presidente catalán.

Pedro Sánchez había dado instrucciones a Ferraz y a sus ministros de que mostraran perfil bajo respecto a las negociaciones para la investidura, que todos tiraran balones fuera ante cualquier pregunta para no ampliar el eco del debate sobre la constitucionalidad de la amnistía y el referéndum que exigen los independentistas. Pero a Aragonés le interesa justo lo contrario: explicar qué exigencias ha puesto el independentismo a Sánchez, y en qué están trabajando los asesores de Moncloa para ‘constitucionalizarlas’, aliviándolas de la carga más inaceptable para cualquier experto constitucionalista.

Si Pere Aragonés cuenta verdades que demuestren que en las negociaciones Pedro Sánchez y su equipo han entrado en cuestiones que el PSOE nunca aceptaría, Feijóo se habrá apuntado un buen tanto. Que falta le hace, porque desde su debate de investidura, que no ganó pero engrandeció su figura, no ha acertado en la estrategia. Trabaja a destajo, pero aún no ha encontrado el punto a la política nacional.

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