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Cartas: Los abucheos al presidente del Gobierno

El presidente del Gobierno en funciones, en el desfile del día de la Fiesta Nacional.
El presidente del Gobierno en funciones, en el desfile del día de la Fiesta Nacional.
Europa Press

Como le ocurre a la ministra de Defensa, a mí tampoco me gusta la pitada que le hacen al Sr. Sánchez el día de la Fiesta Nacional. Pero por encima de lo que me guste o no está la libertad de expresión, que no es de derechas ni de izquierdas. Dudo de si es una falta de respeto hacia el Rey y hacia el Sr. Sánchez, pero en lo que no estoy de acuerdo con la Sra. Robles es en que sea una falta de respeto, como ella dice, para «la inmensa mayoría de los españoles». Que se fije en las urnas y en los votos y cuente. Sus opiniones son libres y respetables pero no pueden ir contra las matemáticas. De inmensa mayoría, nada. Eso está muy lejos. Margarita Robles debería seguir en su línea y no patinar en su entusiasmo presidencial.

Mariano Ara Báguena

ZARAGOZA

Las ‘mafias’y la inmigración

La presidenta de la Comisión Europea, la señora Von der Leyen, repitió en Granada uno de los mantras que intentan hacer que miremos a otro lado, que no nos fijemos en la realidad de la inmigración. Dijo que no pueden decidir las mafias quién entra en Europa. Se trata, como hacen los prestidigitadores, de hacer que miremos para otro lado para que no veamos la realidad, y nos fijemos en lo que ellos quieren. Quieren que nos fijemos en las mafias que explotan a los inmigrantes y, así planteado, ¿cómo vamos a aceptar lo que hacen las mafias? Pero eso es trampa. No se puede arreglar un problema si no atajamos las causas que lo provocan. Y las mafias no son quienes provocan la inmigración, sino quienes, en primer término, se aprovechan de ella. No son las causas, sino las consecuencias de un grave problema. ¿Y cuáles son las causas? Las causas son la pobreza extrema de la ciudadanía de unos países a quienes los países europeos explotamos, nos apoderamos de sus recursos, y hacemos imposible su vida. Háganse ustedes una fácil pregunta, o pregunten a sus abuelos que tuvieron que emigrar a Alemania, a Francia, a Bélgica, en los años cincuenta y sesenta. ¿Se iban por placer? ¿Se iban por vicio? Se iban porque no tenían otro remedio, se iban sin conocer el idioma del país de destino, a intentar salir adelante con mucho sufrimiento, igual que ahora lo hacen los africanos. Seguramente si les explotamos menos y colaboramos más con esos países, mejorará la situación de su población y nuestras fronteras dejarán de tener la presión que tienen actualmente. Nadie se va de su país por placer.

José María Martínez Marco

ZARAGOZA

La ciudad de fiesta

Nos llega el Pilar y con él un profundo cambio en la ciudad. Nos parece más nuestra. Las calles se llenan de música y sonrisas, las familias se reúnen, el alboroto y el alborozo resuenan, nos aceptamos mejor unos a otros y el duro asfalto nos acoge gracias a la ausencia de lo motorizado: un suave murmullo peatonal ahoga alguna que otra distonía que solemos aceptar calladamente, pues para algo estamos de fiesta. Es tiempo también de conocer de cerca y en detalle nuestra ciudad. Por ejemplo, esos pequeños edificios que nos embellecen, callados, que destacan gracias al hábil e histórico manejo del humilde ladrillo, o a la artesanía de verjas y puertas que nos sorprenden y trasladan a los comienzos del siglo XX y que en la zona de Sagasta o Conde de Aranda destacan. Supone todo ello una degustación de lo bueno que tenemos, que es mucho. El alivio de semáforos y vehículos nos permite ver lo que es Zaragoza, superando la tiranía de las plantas bajas de los edificios que habitualmente concentra la atención y nos impiden contemplar la arquitectura en su totalidad, tiranía que nuestra Administración nunca ha estado dispuesta a conjurar en aras de las preferencias anárquicas individuales, lo que impide crear una imagen propia de ciudad. Invito al ciudadano a llenar el espacio que le es propio, la ciudad. Es un tiempo que hace a la ciudad humana, liberada de las máquinas: ciudadanos, vivan las fiestas del Pilar en una ciudad suya.

Francisco Alós Barduzal

Zaragoza

La plaga de chinches

¿Qué haremos cuando la plaga de las chinches llegue a España? Se están haciendo virales en las redes sociales vídeos de la plaga de chinches en París y otros lugares de Francia. Estos bichos residen en lugares sucios como el tren, los colchones, cojines, etc. Además, se alimentan de sangre, así que las picaduras en humanos son habituales. Hace escasos días se ha empezado a hablar sobre la llegada de esta plaga a Reino Unido, donde en varios lugares se han dejado ver estos insectos. Ahora bien, ¿qué haremos cuando esta plaga nos llegue desde nuestro país vecino? Esta incertidumbre de ver cómo algo está ocurriendo en un país al lado nuestro y esperar a ver qué pasa puede resultar familiar si echamos la vista atrás hasta 2020. Me pregunto qué soluciones debemos aplicar y cuál va a ser el resultado final de todo esto. ¿Viene una plaga mundial de chinches para fines de 2023? Estemos atentos.

Eduardo Sánchez Fernández

Zaragoza

En recuerdo del profesor Gómez-Lus

l día 5 de octubre tuve ocasión de asistir a una sesión de homenaje al catedrático Rafael Gómez-Lus (1931-2018). Se conmemoraba el cincuenta aniversario de su ingreso como académico de número en la Real Academia de Medicina de Zaragoza y su figura, como profesor, médico e investigador, fue glosada por algunos de sus discípulos con gran acierto.

Gómez-Lus me dio clases de Microbiología y Parasitología en la Facultad de Medicina de nuestra ciudad, situada entonces en el Paraninfo. Recuerdo que un día, en el aula, me llamó la atención por hablar e interrumpió su lección; me dijo que en clase se deberían guardar unas normas y el altercado finalizó con unas risas. ¡Quién iba a decir que, posteriormente, íbamos a mantener una gran amistad, ya que trabajamos en el mismo centro universitario y en el Hospital Clínico! Naturalmente en diferentes departamentos.

Don Rafael era un ejemplo para sus alumnos, colaboradores y discípulos, valoraba la amistad sincera y mostraba cierta ironía en muchas ocasiones. Hombre trabajador, responsable, con iniciativa y con lealtad en su trabajo y compromisos. No voy a glosar sus méritos, que son muchos, ocupó varios cargos, fue merecedor de diversos premios y era una referencia nacional y mundial en la investigación de algunos microorganismos. Quiero hacer constar, finalmente, que don Rafael, en 1990, presidió el tribunal que juzgó mi segunda tesis doctoral, de Veterinaria, que hacía referencia, precisamente, al Criptosporidium. Colaboró gustosamente en el acto académico y comentó algunos aspectos sobre mi trabajo y mi persona, halagos que quedaron para siempre en mi recuerdo.

Jesús Fleta Zaragozano

ZARAGOZA

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