Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Zaragoza, ante sus oportunidades

Zaragoza, ante sus oportunidades
Zaragoza, ante sus oportunidades
Pixabay

La vieja Caesaraugusta es ciudad de asedios. Galdós retrató la feroz resistencia de sus habitantes durante el Segundo Sitio francés (1809) dentro de sus ‘Episodios Nacionales’: 

"Zaragoza no se rinde. La reducirán a polvo: de sus históricas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus cien templos; su suelo abrirase vomitando llamas; y lanzados al aire los cimientos, caerán las tejas al fondo de los pozos; pero entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde".

Transcurridos algo más de dos siglos, la capital aragonesa revive su anhelo de no rendirse. Ahora no son los soldados de Napoleón los que asedian, sino que es la competencia entre urbes de todo el planeta por generar mejores condiciones de vida para sus habitantes. En un mundo globalizado, Zaragoza debe impulsar sus puntos fuertes: la tolerancia, la calidad de vida, la situación geoestratégica, el legado artístico e histórico, las universidades, el buen clima laboral, las energías limpias (no falta sol ni viento), la atención hospitalaria de calidad, la investigación, el turismo...

En tiempos de las polis griegas, el poeta Alceo de Mitilene dijo: "No son las casas con buenos tejados, ni las sólidas paredes de piedra, ni los canales ni los puertos los que hacen la ciudad, sino los hombres capaces de usar sus oportunidades". Al igual que en el pasado clásico, está en manos de los zaragozanos aprovechar las oportunidades que se nos brindan para hacer una ciudad aún más atractiva, culta, cordial, conectada y acogedora.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)

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