Integración militar-civil china

Integración militar-civil china
Integración militar-civil china
Heraldo

Desde Mao Zedong, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha apostado por la integración de lo militar y lo civil para impulsar su Ejército Popular de Liberación (EPL) y sostener la tiranía comunista. Se inspiraron en el modelo soviético. 

Se considera que fue Hu Jintao quien relanzó –a finales de los noventa, en su etapa de vicepresidente de la Comisión Militar Central del PCCh– la estrategia de integración militar-civil, en inglés, ‘military-civil fusión’ (MCF). Con el mandato del actual tirano, Xi Jinping, esto se ha incrementado. Aspiran a ser una potencia militar de primer nivel.

La política del Partido Comunista Chino busca aprovechar, de manera opaca,
el trabajo de las instituciones académicas y de investigación para fines militares

Para el Departamento de Estado norteamericano, responsable de la política exterior y las relaciones internacionales, durante el gobierno de Donald Trump este asunto era una prioridad. Consideraban que la MCF "es una agresiva estrategia nacional del PCCh. Su objetivo es permitir a la República Popular China desarrollar el ejército tecnológicamente más avanzado del mundo". Y para ello la clave radica en la "eliminación de barreras entre los sectores de investigación civil y comercial de China y sus sectores industriales militar y de defensa". Y esto, sin ponerse límites. Han creado un sistema que trabaja para hacerse con "la propiedad intelectual, la investigación clave y los avances tecnológicos de los ciudadanos, investigadores, académicos e industria privada del mundo para avanzar en los objetivos militares del Partido", i. e., de su élite y su actual dictador. De hecho, el presidente y secretario general del PCCh, Xi Jinping, "supervisa personalmente la aplicación de la estrategia. Preside la Comisión Militar Central del PCCh y la Comisión Central para el Desarrollo de la Integración Militar-Civil".

Los norteamericanos estaban muy preocupados y convencidos del peligro que supone la MCF, porque "amenaza la confianza, la transparencia, la reciprocidad y los valores compartidos que sustentan la colaboración internacional en ciencia y tecnología y las prácticas empresariales justas a escala mundial. De forma clandestina y no transparente, el PCCh está adquiriendo la propiedad intelectual, las investigaciones clave y los avances tecnológicos de los ciudadanos, investigadores, académicos y la industria privada del mundo para avanzar en sus objetivos militares. Las instituciones conjuntas de investigación, el mundo académico y las empresas privadas se están usando para construir los futuros sistemas militares del EPL, a menudo sin su conocimiento o consentimiento" (‘Military-Civil Fusion and the People’s Republic of China’, documento que se puede consultar en la web del Departamento de Estado de Estados Unidos).

La Universidad Tecnológica de Nanjing forma parte de ese proyecto

Con el gobierno de Biden, la preocupación es distinta. Ha quedado en un segundo plano. La guerra de Putin en Ucrania ha obligado a cambiar el foco. Pero también hay análisis que dudan del alcance y capacidad del gobierno chino. En este sentido, merece la pena el informe de Elsa B. Kania y Lorand Laskai (28 de enero de 2021) ‘Mitos y realidades de la estrategia china de fusión civil-militar’ (web del Center for a New American Security). Señalan cuatro mitos a contrastar con las realidades. Primera, la MCF "se basa en una larga historia de políticas e iniciativas anteriores que demuestran la dificultad de lograr una verdadera ‘fusión’, incluso en un sistema con un Estado fuerte que pretende ejercer el control central". Segunda, "como estrategia, la MCF se encuentra todavía en sus primeras etapas, y su éxito es difícil de evaluar. […] No es una conclusión inevitable que China vaya a superar con éxito a Estados Unidos en MCF". Tercera, "aunque el partido-Estado chino no necesita una ley para obligar a una empresa a entregar tecnología, el MCF parece aprovechar más los incentivos que la coerción. Además, la coerción o la dirección estatal no pueden crear el ecosistema integrado necesario para el éxito del MCF". Cuarta, "una proporción más limitada de las empresas chinas de alta tecnología participan activa o abiertamente en el apoyo al ejército, aunque el número de empresas y universidades implicadas puede seguir aumentando a medida que esta estrategia gane adeptos".

La Universidad Tecnológica de Nanjing cuenta desde 2018 con el Instituto de Investigación de Desarrollo de Integración Militar-Civil. No es una universidad cualquiera. Quizá hay que preguntarse con quién colaboramos desde la Universidad de Zaragoza si de verdad creemos en asuntos como la Agenda 2030, la democracia y los derechos humanos.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Chaime Marcuello)

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