El de 1973 fue un año muy duro para muchos países, entre ellos, Chile. El 11 de septiembre de hace cincuenta años, Pinochet dirigió un golpe militar que se llevó por delante la democracia, instauró una dictadura y acabó con la vida del presidente Allende.

Además, segó los sueños de un futuro posiblemente hermoso, eso quiero pensar, y también las vidas de miles de personas, desaparecidas, encarceladas, exiliadas, muertas en vida.

Cinco décadas después, han comenzado a ser desclasificados muchos documentos que solo vienen a confirmar lo que ya se sabía: que EE. UU., con el consejero de Seguridad Nacional del presidente Nixon, Henry Kissinger, estaba detrás de aquel golpe, que había alentado, armado y subvencionado. Como lo había estado tres años antes, con otro intento de golpe encubierto sobre el que Kissinger le dijo a Nixon que el problema era que los militares chilenos eran unos incompetentes. Incompetentes o no, tres años después se hicieron los amos y no tuvieron piedad con nadie.

Entre los que murieron, Neruda, pero también Víctor Jara, asesinado, el cantautor que más allá de su muerte, nos sigue emocionando con sus canciones. Esta semana, cincuenta años después de aquella barbarie, siete militares chilenos han sido condenados por este crimen. Uno de ellos, de 86 años, se ha suicidado antes de ser arrestado. Víctor Jara era autor de aquella canción hermosísima, que yo sigo teniendo en mi cabeza, ‘Te recuerdo, Amanda’. Pueden buscarla, escucharla, emocionarse si es el caso y homenajear así a todos aquellos que murieron por defender lo que creían justo.