1 de septiembre
Entre ayer y hoy saltamos un abismo. La distancia entre lo que nos sugiere agosto y septiembre es la más profunda del calendario. El año, digan lo que digan, comienza en septiembre y cambiar esta hoja del almanaque nos transforma, casi siempre hacia la tristeza y la melancolía. Habrá que evitarlo.
Poca gente disfruta ya agosto completo de vacaciones, las operaciones retorno son escalonadas, pero en todo caso adentrarnos en septiembre acarrea situaciones comunes: la vuelta al colegio de los niños, a la normalidad en el trabajo, al tráfico intenso, ya no encuentras aparcamiento libre en cualquier calle, los buses recuperan sus frecuencias habituales pero se llenan de rostros cansados o resignados. Los amores de verano juveniles se acaban y el número de divorcios adultos bate récords.
Septiembre trae un bajón generalizado. Cunde la apatía y la astenia, incluso la irritabilidad. Es el mes más odiado, protagoniza las canciones más tristes y el pesimismo impregna su inicio.
El síndrome posvacacional, del que estos días tanto escucharemos o leeremos en los medios, sin embargo, durará sólo unos pocos días o deberíamos buscar problemas más profundos. Es normal echar de menos las vacaciones, pero si tú sabes que reencontrarte con el trabajo, el jefe, los compañeros te genera una infelicidad que no se pasará, que seguirás sintiéndote desgraciado, es el momento para plantearte un cambio.
Aprovechando el descanso reciente, apreciarás mejor lo que te genera rechazo y podrías encontrar fuerzas para tomar, si hay posibilidades, importantes decisiones, más difíciles en plena temporada.
Vuelves con energías renovadas y septiembre, el verdadero comienzo del año, puede ser el mes de la valentía para encarar nuevos propósitos y objetivos.
Si en tu día a día hay demasiada rutina, elementos hostiles, si tienes abandonadas tus aficiones, si te confiesas a ti mismo que no eres feliz o podías serlo mucho más, ahora que tienes las pilas cargadas, échale coraje, planifica mejor tu vida, reúne proyectos y motivaciones. Todos tenemos algo que mejorar.
¡Y dale la bienvenida a septiembre!
