El parador de Veruela

El monasterio ha sido restaurado, pero el parador no se abre.
El monasterio ha sido restaurado, pero el parador no se abre.
Aránzazu Navarro

Más de una vez, en estos últimos quince años, hemos escrito algo sobre este misterioso asunto del no nato parador de Veruela.

 Porque son quince los años que lleva de retraso la apertura de este recinto que tenía previsto abrir sus puertas en el año 2008, coincidiendo con los fastos de la celebración de la Expo en Zaragoza. Y sobre este retraso y la extraña nebulosa que lo envuelve ha recaído un espeso silencio desde las autoridades ministeriales implicadas, desde Turespaña, como responsable de la gestión del establecimiento, desde la Diputación de Zaragoza, que lleva varios años para resolver el asunto de una sencilla escalera de evacuación de incendios, y desde las autoridades aragonesas en general que no dicen ni mu sobre este triste asunto.

Parece que el parador está terminado, a falta de algunos pequeños detalles para los que se consigna cada año una cantidad de 2,5 millones de euros en los presupuestos del Estado (que han ascendido a 4 en el último presupuesto). Y parece que también habría obras pendientes en el entorno que algunas fuentes aplazan hasta el año 2026. Con lo que es de temer que la apertura del monasterio-parador tiene aún para rato, sin que nadie dé explicación alguna.

Los gestores del ente debieran haber sido dimitidos hace tiempo, pues no es de recibo mantener ineficiente tanto tiempo una inversión hecha con dinero público sin haberse puesto en funcionamiento. Con el riesgo del lógico deterioro de una instalación inactiva años y años que posiblemente va a requerir nuevas inversiones para su puesta al día.

Según las estadísticas, en la actualidad pasan cada año más de 50.000 personas a visitar el complejo verolano, de los que un porcentaje podría decidir pernoctar alguna noche, lo que ya garantiza un mínimo de ocupación, que sin duda se completaría con todo ese turismo de paradores que abunda en España y que también atrae a visitantes extranjeros. La historia del Císter, la estancia romántica y literaria de Bécquer, la cercanía del Moncayo, la belleza de su somontano… son encantos más que suficientes para que el parador atraiga un turismo cultural que redundaría en beneficio de la comarca, que permanece expectante para que le expliquen el misterio que se esconde tras los muros del viejo monasterio cisterciense.

Una vez más pedimos explicaciones sobre lo que está pasando en este asunto y hasta qué punto aquí no hay problemas de enfrentamientos de competencias entre administraciones públicas, lo que ya sería el colmo; o si se trata de rencillas políticas, de protagonismos… O de brujerías, si es que se han acercado por el monasterio las vecinas pobladoras del castillo de Trasmoz.

Y pedimos también que los responsables de la puesta en marcha del parador señalen una fecha en firme para su apertura, sin más demora. Varios ministros (y ministras) del ramo ya nos han mentido prometiendo que se abría en 2016, en 2018, en 2021, en 2022… Vale ya de tomarnos el pelo. O por lo menos, expliquen lo que está pasando en Veruela.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión