Colegios sin directores

Convertido en un problema tan enquistado como recurrente, el Departamento de Educación vuelve a enfrentarse a la dificultad que implica encontrar directores para sus centros escolares.

 Ante la falta de candidatos, el Gobierno de Aragón se ha visto en la obligación, un año más, de escoger por procedimiento extraordinario a un total de 142 profesores, destinados tanto a los centros de primaria como de secundaria. La tarea de la dirección de un centro escolar, que exige una elevada responsabilidad al igual que una intensa dedicación, no parece contar ni con los incentivos ni con el mínimo reconocimiento profesional como para animar al profesorado a dar ese paso. Entender la organización y el liderazgo pedagógico como una opción dentro del recorrido y la carrera de los docentes podría activar una motivación que, sin lugar a dudas, actuaría de manera determinante sobre el sistema educativo aragonés.

Las asociaciones de directores y equipos directivos de Aragón son claras en su diagnóstico a la hora de describir las razones por las que tanto cuesta encontrar un profesor que desee asumir esta tarea: el cargo no se encuentra lo suficientemente bien remunerado y tampoco posee un mínimo reconocimiento profesional. Por encima de las cuestiones administrativas y docentes que exige este desempeño, la dirección debería ser vista como el motor y la primera referencia motivacional de un colegio o instituto. Sin directores comprometidos, que entiendan la trascendencia y el peso que implica su responsabilidad sobre toda la comunidad educativa, resulta muy difícil generar un efecto contagio sobre los alumnos. La función directiva debe valorarse y reconocerse, tanto dentro como fuera de los centros, permitiendo, de este modo, una añadida ganancia de prestigio de todo lo relacionado con la educación.