Redactor de HERALDO DE ARAGÓN en la sección de Deportes

Pol Pot y Luis Cobos

El estreno de 'Barbie' ha activado la pasión por la muñequita.
El estreno de 'Barbie' ha activado la pasión por la muñequita.
Reuters

Bromeaban hace unos días en un programa de radio sobre la coincidencia de los estrenos de ‘Barbie’ y ‘Oppenheimer’. 

Se supone que se habían contraprogramado para hacerse la puñeta -digo, la competencia- y ambas películas están arrasando en taquilla, colgando el cartel de ‘no hay billetes’ y logrando unas cifras de espectadores que no se veían desde hacía diez años. El caso es que -comentaban en la radio- Barbie y Oppenheimer comparten más de lo que parecería a primera vista: ambos causaron grandes daños a la sociedad del siglo XX.

Con la socarronería de la primera y el sentido menos figurado del segundo, da por pensar qué otras cosas fueron terriblemente dolorosas el pasado siglo y por qué nos hace gracia poner a -yo qué sé- un genocida como Pol Pot al mismo nivel que el aceite de palma o los chándal de tactel. Sí, son muchos los binomios que pudieron destruir el siglo XX desde dentro. ¿Por 25 céntimos? Un, dos, tres, responda otra vez: Barbie y Oppenheimer. La crisis de los misiles y José Luis Moreno. Las esvásticas y la pizza con piña. Los misiles de crucero y la melena de Luis Cobos. El Cobi de Mariscal y... campana y se acabó.

‘Regreso al futuro’ estaba ambientada en 2015 y ‘Blade Runner’, en 2019. El siglo XX nos soñó mejor de lo que estamos siendo. La ‘Metrópolis’ de Fritz Lang se sitúa en 2026 y sí, hoy tenemos ‘iphones’ y Nespresso («ejem» ese café, también les diré), pero el progreso no nos ha hecho librarnos ni de las chanclas de playa, ni de los picotazos de mosquito, ni de los ofendiditos por que Barbie tenga un discurso feminista. Oppenheimer no, tranquilos.

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