El barranco y el colegio
El barranco de la Muerte se ganó su triste nombre en las sangrientas batallas que allí tuvieron lugar en el siglo XII y en el XVIII.
Pero el pasado 6 de julio estuvo a punto de revalidarlo durante la tormenta que lanzó por su cauce una enorme riada. Un poco de mala suerte y estaríamos hablando de una tragedia. Todos hemos visto ya lo que puede pasar en ese barranco, porque el suceso quedó ampliamente documentado en numerosos y dramáticos vídeos. Así que la posibilidad de que algo así se repita debe inquietar a toda la ciudad, que todos circulamos por allí en alguna ocasión. Pero sin duda preocupa especialmente a los vecinos de Parque Venecia, que tienen que cruzar continuamente el barranco para ir de casa a sus ocupaciones. Y todavía más, a los padres que llevan a sus hijos al colegio del barrio, el María Zambrano, o a los que los llevarán en el futuro. El colegio quedó arrasado por las aguas y causa espanto pensar en lo que hubiera podido ocurrir de haber estado allí los más de 400 alumnos con que cuenta. Por ahora, las autoridades -Gobierno de Aragón y Ayuntamiento- van a reparar las instalaciones dañadas y dicen que se tomarán medidas para facilitar la evacuación de los niños en caso de peligro. Sin embargo esa solución a muchas familias no les convence ni poco ni mucho. Y se comprende, nadie quiere vivir continuamente con la angustia de saber que sus hijos están en una rambla que puede ser anegada en cuestión de segundos. Y predecir los efectos precisos de una tormenta no es nada fácil. ¿No sería posible trasladar el colegio a un sitio próximo y más seguro? Tal vez lo que ocurrió el día 6 tardará muchos años en repetirse. Pero Zaragoza y sus autoridades deben pensarse bien si de verdad quieren tener un colegio justo en ese lugar.