Por
  • Editorial

Un juicio histórico para Aragón

TERRORISMO ETA.- La Audiencia Nacional juzga este lunes al exjefe de ETA Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata, y a Miren Itxaso Zaldúa por su presunta responsabilidad en el asesinato del presidente del PP de Aragón Manuel Giménez Abad en mayo del 2001, cuando iba con su hijo a ver un partido al estadio de La Romareda, en Zaragoza. EFE/ Fernando Villar pool
Un juicio histórico para Aragón
EFE / FERNANDO VILLAR

La Policía ha expuesto, en el primer día del juicio en la Audiencia Nacional por el asesinato en 2001 de Manuel Giménez Abad, las pruebas para demostrar que Mikel Carrera Sarobe ‘Ata’ y Miren Itxaso Zaldua ‘Sahatsa’ integraban el comando que ejecutó el asesinato. Gracias a la documentación incautada durante años y a las pruebas periciales, la Comisaría General de Información ha concluido que los dos "coordinaron" el grupo. 

El Ministerio Público sostiene que ambos, como integrantes del comando Basajaun, "decidieron dar muerte a Giménez Abad y, para ejecutar su plan criminal, que los dos habían diseñado y ejecutaron concertadamente, se desplazaron hasta la ciudad de Zaragoza". A la espera del desarrollo completo del juicio, ya hay que valorarlo como un hecho histórico en la medida que fue un asesinato que convulsionó a la sociedad aragonesa. Es, por ello, una victoria inequívoca del Estado de derecho.

Veintidós años después de que Giménez Abad fuera asesinado de tres disparos por la espalda cuando se dirigía a un partido en La Romareda acompañado de su hijo Borja, menor de edad entonces, la Audiencia Nacional juzga esta semana en Madrid a los dos principales sospechosos. Ambos, que se enfrentan a 30 años de prisión, rechazan las acusaciones, pero la Policía tiene pruebas que demostrarían lo contrario. A la espera de las declaraciones de los testigos, que serán claves en este juicio para el reconocimiento de los acusados como autores materiales de los hechos, resulta valioso que por fin se arroje luz sobre un salvaje atentado que ha permanecido sin resolver durante más de dos décadas. ETA mató aquel fatídico 6 de mayo de 2001 a un gran defensor del diálogo; ahora toda la sociedad democrática debe seguir recordando quién le asesinó y también el sinsentido de su muerte.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión