Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Impulso nómada

Impulso nómada
Impulso nómada
Pixabay

Comienza el mes de julio y nos entran ganas de volar. Al menos, de viajar. Tenemos ese impulso. Necesitamos ir a algún sitio diferente del habitual. Los seres humanos somos bípedos andantes.

La primera obra literaria conocida, la epopeya de Gilgamesh, fue escrita hace 35 siglos en Mesopotamia. Como otros de los textos fundamentales de varias culturas (el Mahabharata o el Pentateuco, por ejemplo) narra un largo trayecto a pie. El ser humano se echa a caminar, descubre nuevas realidades y lo cuenta. Pareciera que, desde el mismo nacimiento de la escritura, la humanidad no pudiera vivir sin registrar sus impresiones de mundos nuevos, transmitiéndolas a sus semejantes.

En el viaje por antonomasia, la Odisea homérica, Ulises pena por el Mediterráneo para regresar al hogar. Su itinerario se nutre de constantes sobresaltos hacia Ítaca. La aventura se hace literatura. La madera del héroe se modela al navegar. En realidad, al viajar todos nos transformamos porque, parafraseando a Heráclito, jamás nos bañamos dos veces en el mismo río.

La historia, la geografía, la literatura y las demás artes se han hecho paso a paso. Tras las zancadas de los filósofos peripatéticos, de los legionarios romanos por sus calzadas, de los peregrinos medievales y de los comerciantes como Marco Polo, son multitud los caminantes que paso a paso han hollado la gloria creativa. Goethe, Kant, Baudelaire o Kerouac fueron grandes caminantes y escribieron sobre ello.

Llega julio y nos arrebata el impulso nómada. Dar el primer paso nos da pie a contar una historia, nuestra historia.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión