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  • Editorial

Pactos impredecibles

María Guardiola y Ángel Pelayo
María Guardiola y Ángel Pelayo
Efe

Vox entrará finalmente en el Gobierno de Extremadura con el PP. La presidenta de los populares extremeños y candidata a la presidencia de la Junta, María Guardiola, rompió la semana pasada las negociaciones porque, según afirmó de forma taxativa, no podría gobernar con quienes "niegan la violencia machista, están deshumanizando a los inmigrantes y tiran a una papelera la bandera LGTBI". 

Sin embargo, ahora ha llegado a un acuerdo que incluye la incorporación de un consejero de Vox al Ejecutivo que presidirá ella misma. Génova ha forzado este pacto, a pesar de que Feijóo dijo que no se inmiscuiría en las negociaciones autonómicas. El de Extremadura es el segundo Ejecutivo autonómico de coalición que han firmado PP y Vox tras el 28-M. En Baleares, Vox se quedó fuera del Ejecutivo, mientras que Aragón y Murcia están pendiente de resolución. Esta impredecible geometría variable deja en al aire qué pueda ocurrir en el Pignatelli.

La formación de Santiago Abascal ocupará en Extremadura la consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, que asumirá las competencias de infraestructuras rurales, control de incendios, patrimonio natural, caza, pesca y toros. La consejería de Agricultura seguirá en manos del PP. Además de la entrada en el Ejecutivo regional, el acuerdo incluye 60 medidas programáticas y la cesión al partido de extrema derecha de un senador autonómico que correspondía a los populares según los resultados del 28 de mayo. Este giro de 180 grados en la estrategia del PP resulta sorprendente porque el propio Feijóo razonó hace unos días el rechazo de su partido a gobernar con Vox en Mérida, aunque sí lo haría en Valencia: en la Comunidad Valenciana, explicó, Vox había obtenido el 12% de los votos y en Extremadura, el 8%. Estos vaivenes en los pactos confunden dentro y fuera de su partido.

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