El PIB aragonés crece
Los datos macroeconómicos confirman la buena marcha de la economía aragonesa. La paulatina normalización de la cadena de suministros y un comportamiento de los mercados mejor del previsto han hecho posible que la industria registrara un primer trimestre del año muy positivo.
La consecuencia ha sido un claro impulso del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad: un 4,2% en tasa interanual. Recupera así el empuje anterior a la pandemia de la covid, como ha ocurrido en el conjunto de España, aunque persisten dudas sobre la evolución en el resto del año, con una inflación aún elevada y una desaceleración del consumo y la inversión marcada por el elevado precio del dinero. La incuestionable bonanza económica debe ser utilizada por los gobernantes para corregir algunos de nuestros desequilibrios estructurales.
El PIB aragonés crece por encima de la media española y supera con holgura el 1,3% del conjunto de los países de la zona del euro. La industria manufacturera, con el subsector de la automoción a la cabeza, demostró su vigor entre enero y marzo. La positiva marcha de la economía, tanto autonómica como nacional, tiene que impulsar medidas correctoras de dos de los lastres más acuciantes: España presenta aún una tasa de paro que duplica la media europea y las cuentas públicas soportan un déficit abultado y una deuda que supera con creces el 100% del PIB.
Las buenas noticias sobre la generación de riqueza y el empleo no deben hacer bajar la guardia ante los potenciales riesgos de un escenario que podría volverse adverso en cualquier momento ante una inseguridad que pivota sobre el ataque de Rusia a Ucrania y sus efectos globales. Además, el crecimiento debe venir acompañado con una disciplina fiscal robusta que dé credibilidad a la senda de reducción de la deuda que reclama Bruselas.
