El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha asegurado que el acuerdo de gobierno con el PP en Aragón podría cerrarse "dentro de muy poco". El dirigente ha rechazado, además, la posibilidad de retrasar el pacto hasta después de las elecciones generales, a pesar de que es lo que ve factible la presidenta de las Cortes, Marta Fernández, según la entrevista que publicó HERALDO el pasado viernes. 

Las prisas del partido de extrema derecha obedecen a una declarada voluntad de manejar los tiempos y la agenda de los pactos, trasvases incluidos, con el partido vencedor de las elecciones, tanto en Aragón como en otras comunidades como Valencia, Baleares o Murcia. Sus planteamientos son desproporcionados respecto al número de sus votos, pero deben ser los populares los que les pongan freno.

Respecto a la posibilidad de retrasar más allá de las elecciones del 23 de julio la investidura del candidato del PP-Aragón, Jorge Azcón, para no perjudicar la campaña de su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, desde Vox se muestran reacios. "No entendemos de tacticismos ni de estrategias electorales", ha advertido Garriga, que ha pedido que el acuerdo llegue "cuanto antes". Además, ha descartado matizar su mensaje trasvasista, a pesar de que en Aragón existe un histórico rechazo popular a este tipo de actuaciones. "Haremos todo lo que esté en nuestras manos para garantizar el agua en todo el territorio nacional". La beligerancia de Vox obliga al PP a retomar la iniciativa que le corresponde como partido más votado el 28 de mayo y a explicar a los ciudadanos qué, cuándo y cómo va a pactar. Feijóo y sus barones deben ser más taxativos a la hora de comunicar cuál es su modelo de país, de la España autonómica y de ideario programático. Más allá del tacticismo, un partido de Estado está obligado a preservar al máximo la estabilidad, la convivencia y los principios de modernidad constitucional.