Estabilidad para el Salud
El informe de la Cámara de Cuentas sobre el Servicio Aragonés de Salud (Salud) correspondiente al año 2020 llega a la conclusión de que de los 23.246 trabajadores que empleó, la mitad eran temporales. Se trata de un «porcentaje similar al de los años anteriores», según advierte este órgano fiscalizador. Revela el documento que en 2020 hubo 11.668 trabajadores fijos y 11.596 temporales ocupando puestos estructurales. Aunque las ofertas de empleo público convocadas desde 2017, siete en total, redujeron algo la temporalidad, señala que «no han resuelto este problema estructural». Las implicaciones de estas deficientes prácticas contractuales sobre la calidad del capital humano y la productividad de un colectivo fundamental, en cuanto que sostiene unos de los pilares del Estado del bienestar, son muy negativas.
El informe de la Cámara de Cuentas desgrana que, por categorías profesionales, la temporalidad es más acusada entre el personal auxiliar de enfermería, con una media del 63%, seguida del de enfermería, con el 57%, y del personal celador, con el 56,5%. En la Atención Primaria, la eventualidad es del 44,5%, y en la especializada, del 52%. Se confirma, pues, que la precariedad en los contratos de los médicos también es muy elevada, lo que complica su contratación para cortos periodos, como se observa en la actualidad respecto a la campaña de verano.
Aunque es ya un problema que se viene arrastrando desde hace muchos años, haría bien el nuevo gobierno de Aragón, cuando se forme, en priorizar la extinción o una amplia reducción de esas prácticas contractuales en el sector público cuando no estén estrictamente justificadas. Y poca justificación cabe en el caso de muchos de los empleados públicos interinos puesto que desempeñan funciones en absoluto temporales o estacionales.
