Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Pedro Sánchez ha dejado de ser un clásico

Pedro Sánchez, durante la celebración, este sábado, del Comité Federal del PSOE en Madrid.
Pedro Sánchez, durante la celebración del último Comité Federal del PSOE en Madrid.
H. A.

Demasiado conocedores de la intrahistoria y los arcanos del partido, de los devenires y claroscuros de las épocas en las que el desalojo del poder obligó al PSOE a transitar asfixiantes travesías por el desierto, de las inercias de la contradictoria historia de la vieja formación fundada por Pablo Iglesias en 1879 son los ‘popes’ socialistas y progresistas que lanzan sus aceradas críticas a la actual dirección como para no hacer caso a sus palabras cuando dan por seguro que Pedro Sánchez les ha llevado a todos al despeñadero.

Desde Alfonso Guerra a Nicolás Redondo Terreros, pasando por Emiliano García-Page o el filósofo Fernando Savater, son cada día más los que advierten que el rey está desnudo.

El acelerado proceso de laicización de la figura de Pedro Sánchez por parte de sus descreídos acólitos recuerda a la desestalinización en la Unión Soviética de los años cincuenta. Cuando Kruschev llegó al poder acusó a Stalin de ser el responsable de la muerte de miles de funcionarios del partido, a la vez que le tachaba de cobarde por su actitud en la Segunda Guerra Mundial. Fue en el XX congreso del PCUS (1956). Este inesperado ataque a la memoria del líder fallecido, y hasta entonces absolutamente intocable, provocó una profunda conmoción. Algunos delegados se desmayaron a consecuencia de la tremenda impresión y el presidente polaco Bolesław Bierut murió tras leer el texto del discurso. A cambio, Walter Ulbricht, presidente de la RDA, ironizó con una legendaria afirmación: «Stalin ha dejado de ser un clásico».

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