Por
  • Editorial

Baño de realidad en Cataluña

Jaume Collboni (c), a su llegada al pleno de constitución del Ayuntamiento de Barcelona.,
Jaume Collboni, a su llegada al pleno de constitución del Ayuntamiento de Barcelona.,
Efe

Las elecciones municipales del pasado 28 de mayo supusieron un notable correctivo para los partidos secesionistas, que se dejaron cerca de 350.000 votos: ERC obtuvo 300.000 menos; Junts, unos 6.000; y la CUP, en torno a 40.000. Solo la victoria de Trias (Junts) en Barcelona maquilló un resultado que era malo para el nacionalismo. Sin embargo, los pactos postelectorales han deteriorado aún más el cómputo del soberanismo. Es evidente que continúa perdiendo posiciones porque la razón vuelve a imponerse a las pasiones entre el electorado. Además, la votación del pasado sábado en la Ciudad Condal, donde gracias al PP el socialista Collboni fue elegido alcalde, demuestra que los dos grandes partidos españoles pueden colaborar en torno a determinados fines, sobre todo de defensa de los principios constitucionales.

El bloque independentista en Cataluña se ha vuelto a quedar sin Barcelona y presenta señales de desintegración. Hasta ahora, gobernaba en las alcaldías de las otras tres capitales de provincia de la Comunidad. Desde las investiduras del pasado sábado, solo tiene la de Gerona, donde Guanyem (CUP) se impuso a la fuerza ganadora en votos, el PSC, gracias a un pacto con Junts y ERC. Las urnas son la prueba de que una parte significativa de sus votantes se sienten frustrados y enfadados. Poco a poco van comprendiendo que los líderes rupturistas les engañaron con el ‘procés’ y que personajes como Puigdemont, huido a Bélgica, solo buscan mantener la polarización de la sociedad catalana. Lo cierto es que al secesionismo le va a costar digerir la pérdida de Barcelona en el minuto de descuento. De momento, se observa una radicalización de los discursos. Pareciera que no hayan aprendido la lección de las elecciones del 28 de mayo: cada día más catalanes son partidarios de la eficiencia política y social del pragmatismo. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión