Crimen sin castigo
La Justicia no va a poder evitar que tres presuntos asesinos salgan de la prisión de Zuera la semana que viene sin rendir cuentas. El próximo martes se cumplirán cuatro años de su detención y, como la ley no permite mantener privado de libertad a nadie más de ese tiempo sin haberse celebrado su juicio, la magistrada de la Audiencia de Zaragoza encargada del caso se verá obligada a ordenar su liberación.
La Audiencia, la Fiscalía y la familia de la joven de 28 años cuya muerte se les atribuye temen que aprovechen esta circunstancia para huir de España antes del juicio, ya que se enfrentan a penas de 25 años de cárcel. La larga y complicada instrucción del caso y la estrategia dilatoria de las defensas amenazan con hacer que este crimen quede impune. El sistema judicial español es muy garantista con el reo, pero eso no debe dar lugar, como ocurre en este caso, a que no se imparta justicia a tiempo.
Según el Ministerio Público, los tres supuestos homicidas, un lituano y dos españoles, se pusieron de acuerdo para matar de un disparo a María Marian en el barrio de Movera por razones que todavía no están claras. Desde que fueron detenidos han permanecido en prisión provisional, pero las defensas, a cargo de distintos letrados, han apurado hasta su última opción para dilatar el proceso y agotar los plazos. La consecuencia es que, al ser ya imposible señalar la vista antes de la semana que viene, los presuntos asesinos quedarán en libertad.
El ritmo con el que se despachan los asuntos es uno de los termómetros más fiables para medir la calidad de un sistema judicial. Aunque este caso haya sido especialmente complicado desde el primer momento, es un hecho reconocido que la acción de la justicia es lenta, sobre todo, por falta de recursos humanos. Y la justicia lenta es menos justicia.
