Por
  • Ramón Anía Blecua

La procrastinación de Lambán

Javier Lambán, con Lola Ranera en segundo plano.
Javier Lambán, con Lola Ranera en segundo plano.
Oliver Duch

La procrastinación es "la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más irrelevantes o agradables". Se podría decir que procrastinar es dejar tareas para última hora. 

Esto viene a cuenta de que en la noche electoral del 28 de mayo Javier Lambán, presidente de Aragón y secretario general de los socialistas aragoneses, reconoció lo triste de los datos de una "corriente subterránea" y también aseguró que debe asumir responsabilidades, ante lo probable de que no pueda repetir como presidente de Aragón. Además, la candidata socialista Lola Ranera, solo ha conseguido igualar el número de concejales que en 2019 consiguió Pilar Alegría, aspirante entonces a la alcaldía de Zaragoza. Pero Lambán ha recordado en Ferraz, sede nacional, que seguirá al frente de los socialistas aragoneses hasta el próximo congreso, donde los suyos prepararán una renovación con "voz propia".

Y digo yo, ¿eso de la voz propia qué significa, voz de quién? ¿O querrá hacer de ventrílocuo para su sucesor? Por otra parte, dijo que en su día "podré abandonar el timón pero el barco no lo abandonaré jamás". El tiempo pasa y no aclara los días, semanas o meses que piensa seguir como secretario general regional. En mi opinión, olvida una tarea porque no le divierte o no le interesa. Puede ser procrastinar. Si es así, espero que sea porque, como dicen los expertos, al procrastinar se le da tiempo al cerebro para procesar ideas; por eso quiero pensar que difiere su necesaria decisión.

El mayor problema actual de nuestro secretario general debería ser solventar y dirigir su sucesión, tal y como pinta el panorama político por no poder repetir su mandato. El poder no es para siempre y él se debe acostumbrar a ser un ex. Siempre he pensado que ocho años es un buen periodo para ser tanto cargo orgánico relevante como cargo político remunerado, por más que los socialistas aragoneses tengamos compañeros con muchos más años en esa situación. Es algo que espero algún día venga reflejado en los Estatutos Federales. Tenemos gente controladora para listas orgánicas y listas electorales que van haciendo de las suyas, algunos ya políticamente amortizados, pero es bueno recordar una frase de Jacques Bénigne Bossuet: "La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir".

Otra tarea que no atendió Lambán a su debido tiempo fue la creación de la Agrupación Municipal de Zaragoza (AMZ), a pesar de su promesa. Ni siquiera le interesó ponerla en marcha antes de las elecciones autonómicas y municipales. Esa Agrupación a fecha de hoy será suficiente y primordial para los militantes socialistas de la ciudad de Zaragoza, ya que tenemos 24 agrupaciones locales en la ciudad. No acabo de entender la pereza o procrastinación que tiene nuestro secretario por este tema, es algo que deberá asumir tarde o pronto; y no quiero pensar que sea debido a que tenga miedo al fracaso, ya que la creación de esa AMZ hubiera dado una participación más amplia a los compañeros socialistas de Zaragoza, y desde luego se hubiera planteado con más democracia el que hubiera sido candidato a la alcaldía. Es curioso que los jefes del PSOE dijeran que se posponía esa creación hasta después de las elecciones del 28 de mayo. Y se dijo sabiendo que violaban lo que dice el Reglamento de Desarrollo de los Estatutos, cuestión que no ha ocurrido en el resto de España. Está claro que todo ha sido una pésima estrategia electoral que los militantes no debemos olvidar, exigiendo que cumplan pronto con la constitución de esa Agrupación Municipal de Zaragoza.

Para terminar, me permito recordar a los nuevos políticos aragoneses una cita de Albert Camus: "La necesidad de tener razón es el signo de una mente vulgar".

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