Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

‘Ubi sunt’

'Ubi sunt'
'Ubi sunt'
Pixabay

Existen libros que han sido injustamente olvidados; por el contrario, ninguno es injustamente recordado. Así se percibe estos días en las ferias del libro que se celebran en Zaragoza y en media España. 

Al pasear por las casetas feriales, uno se pregunta qué ha sido de aquellos autores españoles que fueron otrora sus favoritos. ¿Quién sobrevivirá a la negra espalda del tiempo?

Como norma, los jóvenes siempre han querido acabar con lo anterior. Por ejemplo, la Generación del 98 irrumpió con abierta voluntad parricida, aunque el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio: Galdós y Clarín (no Azorín ni Unamuno) son tenidos como dos cíclopes de la novela hispana. Sin embargo, la contemporaneidad ha traído tal sobreabundancia libresca que, desde hace tiempo, la marea del mercado impide ver con claridad cuál es la ‘alta literatura’ de nuestra generación. Sin ir más lejos, los que fueron popes a mitad del siglo XX (desde Cela a Vicente Aleixandre, ambos premio Nobel) ya han sido pasto del olvido. ¿Correrán el mismo camino nuestros coetáneos? ¿Alcanzará la tercera vida manriqueña Delibes o Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Vázquez Montalbán, Marsé, Almudena Grandes, Javier Marías, Chirbes, Muñoz Molina, Pérez Reverte, Millás, Landero, Cercas, Irene Vallejo...? ¡Quién sabe!

Paul Valéry escribió que "no es nunca el autor quien hace una obra maestra; la obra maestra se debe a la calidad del lector". Por eso, lo más sensato es que cada uno se haga su canon de autores preferidos. Al final, no existe mejor biblioteca que aquella construida con libros que el lector ha leído con placer.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)

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