Un Gobierno dividido
El PSOE y el PP han consumado su pacto para modificar la ley del ‘solo sí es sí’ en el Congreso de los Diputados, lo que supone una derrota sin paliativos para la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Con 233 votos a favor y solo 59 en contra, la Cámara Baja ha avalado la reforma presentada por los socialistas, que la próxima semana obtendrá luz verde del Senado, ante el rechazo de Unidas Podemos y los aliados parlamentarios habituales (ERC y EH Bildu). Resulta más que paradójico que el sector socialista del Gobierno se haya tenido que apoyar en el PP para introducir cambios en la norma impulsada por el ala morada del Ejecutivo. Evidencia una profunda división dentro del gabinete y una disparidad que late también en las contradicciones de numerosas decisiones adoptadas por el consejo de ministros a lo largo de la legislatura.
La aprobación en la Cámara baja, por amplia mayoría, de la reforma socialista a la Ley de Libertad Sexual o del ‘solo sí es sí’ ha evidenciado la profunda fractura que existe en el seno del Gobierno y de este con sus socios parlamentarios. De cualquier modo, que la parte socialista del Ejecutivo haya pactado con el PP un apaño de la norma mal elaborada por el propio gabinete, no exculpa a Pedro Sánchez que, como presidente, es el último responsable de las consecuencias de esta ley.
Las prisas de las ministras de Podemos, la mala praxis legislativa, la arrogancia frente a las primeras advertencias y la tardanza en reconocer el error y en enmendarlo han propiciado que hayan salido a la calle antes de tiempo más de un centenar de violadores condenados, con gran preocupación de la ciudadanía y dolor de las víctimas. Capítulo aparte merece que nadie haya asumido responsabilidades, con dimisiones incluidas, por el error legislativo garrafal que ha permitido ya casi un millar de rebajas de penas.
