Inflación alimentaria

En un contexto en el que el precio de los alimentos viene siendo uno de los grandes dolores de cabeza para las familias españolas, el ministro Luis Planas ha pedido en Zaragoza el "esfuerzo colectivo" de todos los eslabones, desde el primario a la distribución pasando por la industria, para contener la inflación en su sector. 

Después de dos años de encarecimiento de la cesta de la compra, desde el Gobierno se debía haber hecho ya mucho más para aliviar la presión inflacionista. Medidas como la bajada del IVA a algunos de los alimentos han resultado costosas para la Administración y poco eficientes para los ciudadanos. Se trata de ser más proactivos. En Francia, por ejemplo, han pactado con los grandes distribuidores la constitución de una cesta de alimentos básicos con precios ajustados al mínimo. Quizás esta no sea la solución ideal, pero hacer llamamientos tampoco parece una política muy eficaz.

La inflación ha bajado al 3,3% en marzo desde el 6% interanual que marcó en febrero, un descenso muy pronunciado provocado por el ‘efecto Ucrania’, es decir, porque en el mismo mes del año pasado el IPC se disparó hasta el 9,8%, con lo que, al comparar, la tasa interanual ahora se recorta. Además, los alimentos elaborados siguen subiendo con fuerza. Se trata del producto más preocupante, junto a los frescos, pero habrá que esperar a mediados de abril para que el INE confirme que son los responsables principales del encarecimiento de la cesta de la compra de los hogares.

Aunque la inflación general apunta a una senda de moderación en los próximos meses, el precio de los alimentos seguirá sin dar respiro al bolsillo. Así lo ha advertido el Banco de España. El Gobierno debe, pues, adoptar medidas más eficientes para aliviar los gastos de los hogares, sobre todo de los que destinan un mayor porcentaje de su renta a alimentarse.

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