Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

El día de la felicidad

El día de la felicidad
El día de la felicidad
Pixabay

Mañana es el día de la felicidad. Tendría que ser una gran jornada porque hemos hallado su secreto: el amor. Tal revelación se viene pregonando desde los primeros pasos de la filosofía, pero el adanismo nos puede. Por eso lo hemos descubierto esta misma semana. El martes, que fue el día de san Valentín, se proclamó por doquier.

El procedimiento actual para enamorarse es, según ‘vox populi’, apuntarse en una app de ligoteo. Es una manera de conocer gente y, además, de tus mismos gustos. Al parecer, la aplicación te hace una ficha de tus peculiaridades y te pone en contacto con especímenes de tu cuerda. Por ejemplo, si eres aficionado a la contradicción te empareja con votantes del PSOE y si eres ambicioso ahora ya no te vincula con nadie de Ciudadanos (de hecho, no quedan) sino del PP. Los algoritmos son muy finos, tanto que ya saben que no cuentan con usuarios radicales. Los simpatizantes de Vox se emparejan entre ellos sin necesidad de Tinder. A los de Podemos les ocurre lo mismo.

Lo importante para acertar es rellenar bien la ficha. Ahí es donde surgen los problemas, porque mucha gente miente. Con la que está cayendo, nos cuesta admitir que somos socialdemócratas o que somos liberales. Este engaño (y autoengaño) con la ideología propia debe ser la explicación de que abunden los descontentos con las citas y los que aún no han decidido su voto para las próximas elecciones.

Así no hay manera de emparejar a nadie con garantías y, lo que es más preocupante, de construir una democracia de gente feliz. 

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