Moción de censura en el PAR
La mayoría de la ejecutiva del Partido Aragonés sopesa presentar en las próximas horas una moción de censura contra su presidente, Arturo Aliaga. Ante la negativa de este a reunir a la dirección y bloquear las elecciones primarias, plantean que lo sustituya el senador Clemente Sánchez-Garnica. La envergadura de la fractura en el PAR obliga a sus líderes a tomar, con la máxima diligencia, algún tipo de solución que ponga fin al monumental conflicto interno. Es imposible que un partido esté desangrándose durante más de un año con acusaciones sobre egos, traiciones, incumplimientos programáticos y denuncias ante los tribunales. Los órganos de la formación se han demostrado, por otra parte, absolutamente inoperantes para contener la crisis que arrastra el partido del actual vicepresidente del Gobierno de Aragón.
Aliaga ha decidido enrocarse en el enfrentamiento que mantiene con la mayoría de su ejecutiva e, ignorando los estatutos, se ha negado a reunirla como le exigieron 18 de sus 28 integrantes el 25 de enero. El plazo para celebrarla expiró el lunes. La reacción de más de la mitad de los miembros de la ejecutiva ha sido plantearse llevar hasta el final su enfrentamiento con el máximo directivo del partido y presentar una moción de censura. A estas alturas y aún con la duda de qué es lo que decidirán, está claro que esta guerra fratricida deja a Aliaga en situación de extrema debilidad.
El reglamento del partido faculta a relevar al líder si la moción está suscrita «por un tercio de los miembros del órgano colegiado correspondiente». Y ese número se superaría con creces. La pretensión es que la suscribieran, al menos, 16 de los 18 denominados ‘díscolos’. Pero más allá de esta posible moción, la incógnita hoy es cuánto están dispuestos a prolongar este espectáculo Arturo Aliaga y los demás dirigentes aragonesistas.
