Huelgas en la sanidad
La DGA acepta limitar las agendas de los médicos de Atención Primaria a 35 pacientes al día y a 28 en el caso de los pediatras. Este es uno de los puntos acordados entre el Departamento de Sanidad y los sindicatos médicos Fasamet y CESM Aragón, que han vuelto a reunirse con el objetivo de acercar posturas y paralizar la huelga prevista para los próximos lunes y martes.
Las convocatorias de paros deben desmontarse mediante el diálogo y la negociación, pensando sobre todo en mejorar la calidad de la asistencia a los ciudadanos. Lo que nunca es admisible son las posiciones maximalistas y, aún menos, los actos violentos, como el registrado al inicio de la huelga indefinida del transporte sanitario en Aragón, con el sabotaje de la uvi móvil y la ambulancia de soporte vital básico de Barbastro y de otras 19 ambulancias de transporte programado de diferentes localidades de la Comunidad.
La sanidad pública aragonesa, que fue sometida a un excepcional episodio de estrés por la pandemia de la covid, arrastra problemas estructurales que son parecidos en todas las comunidades. De hecho, en la mayoría de las autonomías hay convocadas huelgas para los próximos días por parte de los profesionales de la sanidad, que piden mejoras para un sistema dañado y subidas salariales. El tratamiento para evitar el deterioro en las prestaciones es una profunda reforma del modelo, además de inversión. Para empezar, está claro que hay que reforzar la Atención Primaria para evitar el colapso de todo el sistema de salud.
Los equipos directivos deben dar respuestas con urgencia. A cambio, los profesionales del sector también tienen que hacer aportaciones facilitando mejoras que repercutan en la calidad asistencial. El objetivo de unos y de otros es ganar eficacia por la vía de compensar el talento y la motivación.
