Por
  • Editorial

Incertidumbre laboral

Oficina del Inaem en Zaragoza.
Incertidumbre laboral
Oliver Duch

El mercado laboral aragonés afronta el otoño con prudencia. 

Las empresas tienen la previsión de seguir realizando contratos, pero se muestran más recelosas que a principios de año tanto por la espiral inflacionista como porque puedan aumentar los problemas de escasez mundial de chips o porque las subidas de los tipos de interés, tanto por el Banco Central Europeo como por la Reserva Federal estadounidense, acaben por enfriar la economía en exceso. La persistencia de datos positivos en Aragón en términos de crecimiento económico o reducción del paro no puede borrar el mapa inquietante que dibuja el inmediato futuro. Es preciso adoptar medidas para que los altos costes de la energía y la falta de componentes no repercutan en una menor actividad y ocupación.

Es notable la resiliencia del empleo en Aragón. De hecho, el mercado laboral siguió marcando una tendencia positiva en la Comunidad incluso en agosto, un mes en el que habitualmente sube el paro por el fin de muchos de los contratos firmados para el verano. La campaña de otoño se observa con prudencia por las dificultades que tienen las empresas con la elevada inflación y el encarecimiento de la energía. No obstante, también se mira con confianza porque la próxima celebración de las Fiestas del Pilar, después de dos años de pandemia, y la campaña comercial en torno a las navidades debe activar la actividad económica.

Un contexto económico de incertidumbre mundial apela a la proactividad de los agentes políticos y sociales que tienen en sus manos mecanismos de actuación. Especialmente en regiones como la aragonesa, donde persiste un sistema productivo basado en pequeñas empresas, sin capacidad de absorber grandes variaciones en sus ventas. Existen, pues, factores de inestabilidad, pera también inercias positivas que hay que alimentar. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión