Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Por qué gana Feijóo

Por qué gana Feijóo
Por qué gana Feijóo
Heraldo

La economía española se estancará en un otoño negro tras el espejismo de la campaña estival. 

Esta es la previsión de la mayoría de los economistas. Lo cierto es que el temor a que una nueva recesión se materialice tras el verano se extiende entre los mercados financieros. La inflación, el monstruo dormido durante décadas vuelve, a enseñar sus garras en Europa.

Cuando el debate público es acaparado de nuevo por inquietantes términos macroeconómicos (estanflación, subida de tipos, prima de riesgo, recortes…), el electorado siente más aversión al riesgo. Por eso, las encuestas preelectorales señalan que el PP crece entre los grupos sociales cuya prioridad es cuidar a los suyos (mujeres mayores, sobre todo), construir una carrera profesional y fundar una familia (adultos jóvenes) o conservar lo que ya se tiene (clases acomodadas y jubilados). Ni una izquierda, que se ha mostrado muy ideologizada (feminismo, derechos civiles, ecologismo, memoria), ni la polarizadora extrema derecha movilizan a su electorado.

El Gobierno PSOE-Podemos viene actuando en un marco muy ideologizado. Vox también utiliza la estrategia de la polarización

La crisis financiera que estalló en 2008 sublevó a las clases medias que reclamaban protección frente al deterioro que había sufrido su nivel de bienestar y sus oportunidades en las últimas décadas. Sin embargo, la élite dirigente evidenció su escasa capacidad de maniobra debido a las restricciones que derivan del capitalismo globalizado, la concentración de poder económico y la expansión del poder de instituciones no electas, como el BCE. En este contexto, un grupo de políticos populistas o ultranacionalistas (desde Trump a Boris Johnson) consiguieron que el debate social se centrase en asuntos morales y teóricos. Son las denominadas ‘guerras culturales’, esas batallas teóricas que James Davison Hunter bautizó en 1991 para explicar cómo una sociedad se polariza en torno a ejes ideológicos, ya sea el uso de armas, el aborto, el discurso de género o el lenguaje políticamente correcto.

Esta ideologización polarizadora se ha acelerado en nuestros días por la revolución digital y las redes sociales (Byung-Chul Han). Se ha convertido así en una tendencia duradera, aunque modulada por el contexto internacional y económico. Cuando las crisis amenazan la cartera de los ciudadanos, las prioridades cambian temporalmente. Esto es lo que ocurre en estos momentos.

En realidad, para afrontar una posible recesión está clara la receta desde la ortodoxia económica: subida de los tipos de interés y reducción del gasto público. Pero estas medidas son muy dolorosas para todos los agentes: familias, empresas y también para quien las imponga. De hecho, ninguno de los gobiernos europeos ni el estadounidense quieren coger el toro por los cuernos.

Pero la recesión que se anuncia da prioridad a la economía sobre las guerras culturales. Por eso Feijóo crece a costa de todos

En España, a Núñez Feijóo, que siempre se ha mostrado como un dirigente poco ideologizado, le beneficia electoralmente que se hable más de la cesta de la compra que de homofobia o inmigración ilegal. Por eso, sus discursos suenan igual que el de Clinton cuando le ganó la Casa Blanca al presidente Bush (padre): "¡Es la economía, estúpido!".

El filósofo Michael Oakeshott, el más influyente entre los conservadores británicos, consideraba que el conservadurismo no debe tener grandes planes ideológicos, sino simplemente reconocer que los humanos preferimos las cosas conocidas a las desconocidas, las pequeñas satisfacciones a las grandes promesas abstractas, la resignación sana a la indignación constante. Dentro de esas coordenadas, Feijóo está ganando la batalla preelectoral.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión