Coberturas sangrientas

El carné de prensa con la foto del periodista del 'The New York Times' Brent Renaud.
El carné de prensa con la foto del periodista del 'The New York Times' Brent Renaud.
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Este año hará 40 años que acudí por primera vez a una guerra cuando apenas tenía 22 años. No conozco ninguna cobertura periodística que no haya sido regada de sangre de informadores. Los primeros en morir o ser atacados son siempre los periodistas locales. Pasó en Oriente Medio y Centroamérica en los años ochenta. Prosiguió en los conflictos de la antigua Yugoslavia y África en los noventa. Lo peor estaba por llegar en Irak con casi dos centenares de informadores locales muertos a partir del 2003. Solo en lo que va de año han sido asesinados media docena de periodistas mexicanos.

En las últimas semanas los ataques contra periodistas locales y algunos extranjeros en la guerra de Ucrania han sido permanentes. Dos periodistas daneses fueron gravemente heridos a principios de este mes. Ayer se produjo la primera muerte de un informador extranjero, el estadounidense Brent Renaud, en una emboscada realizada por tropas rusas contra el coche en que circulaba claramente identificado con las siglas TV.

El gran fotógrafo y periodista Ricardo garcia Vilanova se topó con su cadáver en Irpin, en las afueras de Kiev. Fotografió su acreditación de prensa perteneciente a The New York Times y envió imágenes del cadáver al diario para que confirmasen que se trataba de él y se informase lo antes posible a la familia antes de que la noticia apareciese en las redes sociales.

Las coberturas actuales se han convertido en un circo de vanidades

Las coberturas actuales se han convertido en un circo de vanidades en el que muchas personas viven obsesionadas por dar noticias aunque sean dramáticas sin reflexionar sobre las consecuencias. Ojalá algún día desaparezca personajes tan irresponsables de este oficio. Aunque me temo que será imposible.

Me parece una falta del respeto que The New York Times anunciase que Brent no trabajaba para ellos cuando su cadáver estaba todavía caliente. Era el momento de acompañar a la familia y de hacer el duelo. No de aclarar este tipo de historias. Ser la biblia del periodismo obliga a sus responsables a ser comedidos.

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