Presión hospitalaria

La explosión de casos por la variante ómicron se está ensañando con Aragón. De hecho, el 20% de los hospitalizados en la Comunidad tiene covid, el porcentaje más alto de España. La consecuencia es que la séptima ola de la pandemia está estresando todo el sistema sanitario y también social. En este sentido resulta útil que se empiecen a automatizar las altas laborales por covid para combatir la saturación en los ambulatorios. Como en otras autonomías, los positivos recibirán en el momento de obtener la baja un alta diferida que se ejecutará a los siete días si el paciente no tiene síntomas. En momentos tan complicados como este, la responsabilidad de las administraciones es responder con rapidez a las necesidades que van surgiendo, adaptar los protocolos y reorganizar los recursos disponibles para ganar eficacia. 

Desde hace casi dos años, los centros de atención primaria y los hospitales de la sanidad aragonesa están actuando, con enorme profesionalidad y generosidad, como el primer dique de contención para paliar los efectos del tsunami pandémico y atender a la multitud de personas afectadas por el virus. Su extraordinaria labor debe ser secundada con lealtad por todo el resto de la sociedad. Los ciudadanos deben mostrar su corresponsabilidad completando sus pautas de vacunación con la mayor diligencia posible y, por supuesto, observando las reglas básicas de protección: el uso de la mascarilla, el control de la distancia y la aireación de los interiores. Las autoridades sanitarias tienen que hacer también un derroche de eficacia y rapidez en la actualización de los protocolos y la organización del personal. Las farmacéuticas están obligadas asimismo a seguir con la investigación para mejorar los test, los tratamientos y las vacunas. El éxito de la lucha contra la covid depende del compromiso de todos.