Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

Producto aragonés

Un operario en las instalaciones de Saica en El Burgo de Ebro.
Un operario en las instalaciones de Saica en El Burgo de Ebro.
Oliver Duch

Las primeras cajas de cartón producidas en la planta del grupo papelero aragonés Saica en Estados Unidos reflejan muy bien el origen de la compañía. Imágenes con iconos de Hamilton (Ohio), donde está la fábrica, y de la Virgen del Pilar de Zaragoza dan cuenta de los inicios fabriles en el Medio Oeste de un país que augura muy buenas expectativas de futuro. Un inmenso mercado donde apenas se conocen las cajas de gramaje ligero que produce Saica en Europa y que está demandado más cajas que nunca para transportar los millones de productos que se venden a través del comercio electrónico, un escenario donde la urgencia se ha disparado desde el inicio de la pandemia. Todo lo que compramos ‘online’ lo queremos ya, cuanto antes, y casi todo va en cajas que –no olvidemos– después pueden ser perfectamente reciclables.

El de Saica es un ejemplo de un producto aragonés muy bien recibido allende nuestras fronteras. Como tantos vinos que salen de Cariñena, Somontano, Borja o Calatayud y otros muchos productos de la tierra. O como los electrodomésticos que pasan por las cadenas de montaje de BSH de factorías zaragozanas, o las piezas para industrias varias, los bienes de equipo, los desarrollos de ingeniería, las aplicaciones para empresas de diferentes sectores de actividad o los diseños que pueblan el amplísimo mundo del metaverso.

En abril de 2018, en el marco de la celebración de los 13 millones de vehículos ensamblados en la planta de Opel España en Figueruelas, el entonces director general de la factoría, Antonio Cobo, recalcaba en su discurso que ya había «13 millones de mañicos que van haciendo patria por el mundo entero». Lo decía en referencia a las unidades de los modelos que han pasado por las cadenas de montaje de la factoría zaragozana que hoy está integrada en el grupo Stellantis: el Corsa, el Kadett, el Astra, el Tigra, el Meriva, el Combo, el Mokka, el Crossland X y el C3 Aircross. En julio de 2020 ya eran 14 millones los coches ensamblados aquí.

Con el liderazgo de Opel España, la economía aragonesa se ha ido abriendo al exterior de modo creciente desde 1982, cuando salió el primer Corsa. Las Cámaras de Comercio y otras organizaciones han impulsado en años una apuesta por la exportación sobre el hecho cierto de la calidad de los productos que se hacen en Zaragoza, Huesca o Teruel. La globalización de la economía ha contribuido en las últimas décadas a apuntalar ese impulso y ya fue definitiva la crisis económica vivida tras el ‘crack’ financiero e inmobiliario de 2008 y los años siguientes para subrayar la importancia de vender fuera de España. La caída de la demanda interna obligó a muchas empresas a mirar más al exterior y fue esa una de las razones clave para superar el desplome económico de entonces.

Este año, el desajuste en el tráfico de mercancías por el mundo ha causado una crisis de suministros que ha afectado a las operaciones de importación y exportación, pero el sector exterior sigue siendo una de las fortalezas más destacadas de la economía aragonesa para volver a números precovid. Las exportaciones han aumentado un 9,6% en tasa interanual en los diez primeros meses del año. En octubre pasado, el valor de los productos aragoneses vendidos en otros países fue de 1.218,2 millones de euros, el cuarto registro más alto alcanzado en ese mes. Este año Aragón se apunta un superávit comercial de 1.904,9 millones, lo que contribuye al descenso del déficit comercial español acumulado hasta octubre, de 16.628,9 millones.

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