El mismo día que Aragón notificaba un nuevo y abultado récord de casos diarios de covid (2.026), Javier Lambán ha confirmado la vuelta de las restricciones de aforo y horarios en la hostelería. Son medidas duras, pero necesarias. Ante la inhibición desesperante del Gobierno central, que ni siquiera quiere coordinar la respuesta al virus, los autonómicos están adoptando limitaciones dispares aumentando la confusión entre los ciudadanos. Pedro Sánchez no toma la iniciativa, que le corresponde como máximo representante del Poder Ejecutivo, a pesar de que el coronavirus está sumiendo de nuevo al país en un caos en cuanto a la coordinación de las administraciones. España es un Estado descentralizado, pero la responsabilidad última de la salud de la ciudadanía sigue siendo de la Moncloa, que no puede esconderse detrás de las autonomías.

Llega Aragón, como el resto de España y de Europa, a la segunda Nochebuena de la covid sumido en un inquietante escenario: un repunte constante de nuevos contagios de coronavirus por la variante ómicron. Se impone, pues, adoptar medidas de choque, aunque el Gobierno central se haya desentendido y haya dejado todo el problema en manos de las autonomías. Aragón impondrá las suyas la próxima semana, según ha adelantado Javier Lambán, que no ha querido detallarlas más allá de señalar que se prohibirá el consumo de pie en las barras de los bares y se adelantará el horario de cierre de los establecimientos. La DGA quiere coordinarlas con las comunidades vecinas, aunque varias, como Cataluña, ya se han desmarcado anunciando sus propias restricciones. La negativa de Pedro Sánchez a homogeneizar un marco de actuación en todo el territorio nacional ha desatado un nuevo galimatías de restricciones dispares que acabará otra vez dando lugar a diecinueve navidades diferentes.