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  • Heraldo de Aragón

Cartas al Director: "El futuro del castillo del Papa Luna en Illueca"

El castillo palacio del Papa Luna en Illueca.
El castillo palacio del Papa Luna en Illueca.
Laura Uranga

Produce alegría ver las estancias del rescatado y majestuoso castillo del Papa Luna. Desde nuestras instituciones municipales se está trabajando muy seriamente para conseguir unas metas que, por el momento, se nos niegan en otras instancias. Desde mi punto de vista, son tres las reivindicaciones: 1.- Desde el punto de vista histórico, la llegada del cráneo de Benedicto XIII a su lugar natural, más allá de lo que puedan decidir las instancias judiciales. Hubo momento en el que nuestros gobernantes autonómicos pudieron resolver el problema y erigirse en propietarios del Bien de Interés Cultural y contentar a otros ayuntamientos y extender la exhibición y contemplación del cráneo. 2.- Desde el punto de vista institucional, el rescate de parte de las dependencias del castillo, ocupadas por la Comarca del Aranda, más allá de lo que puedan decidir las instancias judiciales. Aquella cesión-concesión, que pudo contar con todas las bendiciones en su día, algún día tendrá que revertir al propietario, el Ayuntamiento de Illueca. 3.- Desde el punto de vista social y turístico, la reapertura de la Hospedería del Papa Luna; sé de las dificultades que entraña este objetivo, pero será motor revitalizador del municipio, de la comarca y de la Comunidad autónoma. ¿No habrá alguna o algunas familias en Illueca capaces de administrar, regentar, explotar y dar el servicio que demandamos? ¿Tendrán que publicarse, como han hecho en otros municipios aragoneses, por todos los medios posibles, haciendo una oferta atractiva, para que familias o empresas de fuera se interesen en la Hospedería? Ojalá consigan, desde el Ayuntamiento de Illueca y con todos los illuecanos apoyando sus iniciativas y reivindicaciones, estas metas, además de las diarias soluciones de los diarios problemas.

José Javier Forcén Ruiz

ZARAGOZA

Desprendimiento de retina

Un ciudadano va conduciendo por la N-234 desde Teruel capital hacia su pueblo, Villarquemado, a las tres de la tarde de un lunes. A la altura de Caudé nota una molestia en el ojo derecho, como una enorme mosca negra. Se dirige al Centro de Salud de Cella. Allí, tras diagnosticarle un posible desprendimiento de retina, le dicen que vaya a Urgencias del Obispo Polanco. Allí, una doctora reitera que posiblemente se trate de un desprendimiento de retina, pero le dice que vuelva al día siguiente ya que a esa hora no hay oftalmólogo. Al día siguiente, en el servicio de oftalmología le aseguran que se trata de un desprendimiento de retina y que es necesario operar de urgencia. Envían al ciudadano al día siguiente al hospital Miguel Servet de Zaragoza. En una ambulancia junto con otras cuatro personas, además del conductor y su ayudante. Codo con codo, pero con mascarilla, eso sí. En Zaragoza le programan la operación para el día siguiente a las 8.30 de la mañana. Vuelta a Teruel en la ambulancia con otras cuatro personas, codo con codo. Al día siguiente, a las 6.30 de la mañana, otra ambulancia recoge al ciudadano en su pueblo para llevarlo al Servet. Lo operan y le dicen que vuelva a las 24 horas para la revisión. El ciudadano debe buscarse un hotel y pagar 80 euros. Tras la revisión, el ciudadano explica a los médicos que se va a ir a Madrid con sus hijas para recuperarse. Le indican que en Madrid acuda al servicio de urgencias del hospital que corresponda y les explique el caso. En Madrid, por tratarse de otra comunidad autónoma, no tienen acceso a su historial. Menos de una semana antes de sufrir el desprendimiento de retina, el ciudadano recibió una carta del Salud en la que se le dice que en la en la retinografía que se le practicó se «han detectado pequeñas lesiones en la retina, sin importancia, y por ese motivo será citado de nuevo en un plazo no superior a un año». Al escribir estas líneas me he acordado de los políticos de Teruel que llevan tantos años en parlamentos, consejerías, diputaciones y ayuntamientos y que no dejan de repetir que gracias a ellos en Teruel tenemos una sanidad de primera.

Evaristo Torres Olivas

VILLARQUEMADO (TERUEL)

El Barça y el ‘procés’

El F. C. Barcelona no pudo afrontar la contratación de Messi y ha causado baja, lamentablemente para el club y para la liga española. Entre las causas que han propiciado su salida se buscan culpables ajenos y, como ocurre con el proceso separatista, también aparece el victimismo. En los últimos años han convertido el club en un icono nacionalista, ignorando y despreciando el sentir de muchos socios, peñas y aficionados, repartidos por todo el mundo, que no están de acuerdo con tal politización. Hay un cierto paralelismo entre la gestión del F. C. Barcelona y la de Cataluña. La Comunidad, económicamente, va de mal en peor desde que está gestionada por partidos independentistas. Los datos que se van conociendo lo ponen de manifiesto. En el F. C. Barcelona la gestión económica con fichajes estratosféricos, incluido el del propio Messi, ha sido un desastre y le ha llevado a la ruina. El presidente ha dicho «no voy a hipotecar el club por nadie, la institución está por encima de todo». Los líderes del ‘procés’ deben tener en cuenta tal sentencia, tomar nota y reflexionar, porque Cataluña también está por encima de todo, incluidos ellos mismos. Lanzarse a aventuras temerarias, sin valorar las consecuencias puede deparar funestas consecuencias.

Joaquín Mañeru López

ZARAGOZA

La realidad supera a la ficción

El tópico cinematográfico de que la realidad supera a la ficción encuentra su encarnación en lo que estos días acontece en Afganistán. Las imágenes de las pistas de aterrizaje repletas de gente dispuesta a dejarlo todo por continuar superan con creces cualquier terrible film bélico. El caos y la barbarie de lo que hoy ocurre en Afganistán deberían ser una píldora unificadora para los ciudadanos, que llevase consigo una valoración de lo que tenemos, y considerar la suerte de una democracia consolidada como la nuestra. En la que todo problema es superfluo en comparación con la cruda realidad actual.

Ramón Guerri Puyuelo

ZARAGOZA

Temperaturas extremas

He leído referencias a temperaturas muy elevadas, incluso por encima de 50 grados, registradas en algunos lugares de España hace muchos años, en ocasiones hace un siglo. Hay que tomarlos como lo que son, referencias anecdóticas que no se pueden comprobar. Y que con toda probabilidad corresponden a mediciones realizadas sin los controles técnicos necesarios para entrar en una comparación con los datos meteorológicos oficiales actuales. Para medir la temperatura de manera técnicamente solvente supongo que harán falta termómetros homologados y calibrados, y respetar unas condiciones regulares que permitan las comparaciones.

Andrés Ortiz Montoya

ZARAGOZA

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