Cambio de hábitos
El segundo verano con el coronavirus ha anticipado la ‘huida’ que los zaragozanos tradicionalmente dejaban para agosto.
Bares, comercios y taxistas lo perciben desde finales de junio, con unas caídas en las ventas que llegan hasta el 50% con respecto a un año normal. Ya antes de la pandemia se empezaba a registrar la tendencia de ampliar las posibles fechas de vacaciones más allá de agosto, extendiéndose también a junio, julio, septiembre y octubre. Ahora esa suave predisposición ha sido acelerada por la covid. Está por ver cómo afectará a los hábitos sociales, pero, para empezar, puede ser el golpe final para los negocios que apenas habían conseguido sobrevivir al año y medio de confinamientos y restricciones.
El cambio de hábitos de los zaragozanos durante los meses de verano es otra de las consecuencias que puede dejar la ‘gran reclusión’ originada por la pandemia. De hecho, empieza a vislumbrarse en las estadísticas de la hostelería y el comercio. Según las explicaciones que dan desde estos sectores, los ciudadanos «se han ido de la ciudad muchísimo más que un julio normal». A diferencia de años anteriores, en este y en el anterior hay muchas personas que están teletrabajando, de baja, de ERTE o de vacaciones; los datos apuntan a que con frecuencia están buscando un lugar más acogedor para disfrutar del estío en los pueblos o en las segundas residencias, tanto en la playa como en la montaña. El cambio de hábitos puede hacer que, como apuntan los optimistas, agosto sea un mes con más actividad. No obstante, por ahora, lo que se percibe en julio es una contundente caída del consumo. Está claro que la pandemia ha trastocado lo cotidiano. Algunos son fenómenos eventuales, como las mascarillas, pero un análisis pormenorizado de diferentes sectores plantea cambios sociales que seguramente no desaparecerán cuando terminen todas las restricciones.
