Freno a la desescalada
La curva epidémica en Aragón sigue desbocada entre los jóvenes. Por ello, la DGA, como la mayoría de los gobiernos autonómicos, acelera la puesta en marcha de medidas para contener una transmisión disparada.
Para empezar, se regresa al nivel 2 de la alerta sanitaria, se recortan horarios en hostelería y ocio nocturno y se modifica la estrategia de vacunación contra la covid-19. Los adolescentes y veinteañeros, de forma inconsciente en muchos casos, han provocado una nueva ola de la pandemia en Aragón, la sexta, que obliga a reimponer restricciones que afectan especialmente al ocio nocturno. Hubo precipitación hace una semana en acelerar la desescalada y ahora hay que frenarla a toda prisa.
España ha vuelto a situarse en el escenario de riesgo extremo por coronavirus, ya que la incidencia acumulada a 14 días se ha situado en los 252,16 casos por cada 100.000 habitantes. En los jóvenes de entre 20 y 29 años la incidencia se dispara hasta los 814. En Aragón, ayer se notificaron 628 casos, el dato más alto desde el 2 de febrero. Con este panorama poco alentador, justo en el inicio de las vacaciones de verano, las autonomías empiezan a recuperar restricciones. Aragón, en concreto, deja atrás el nivel 1 y regresar a la fase 2. Es una medida dura después de las esperanzas que se habían generado, pero inevitable si se quiere atajar este rebrote con eficacia.
El frenazo en la desescalada se debe a diversos factores. Han coincidido la relajación de las restricciones, la apertura del ocio nocturno y una gran necesidad psicológica de recuperar la normalidad. A ello hay que añadir, como elemento especialmente preocupante, la rápida expansión de la variante delta del virus. Aunque la nueva ola no produce por ahora un aumento de la presión en los hospitales, es preciso acelerar la vacunación y estar alerta para imponer nuevas restricciones si la situación sigue empeorando.
