James Bond se infiltra en el Caixafórum de Zaragoza

Una exposición con decenas de 'gadgets' inverosímiles recorre la relación entre el espionaje y el cine a lo largo del último siglo 

La exposición del Caixafórum puede visitarse hasta el 25 de agosto.
La exposición del Caixafórum puede visitarse hasta el 25 de agosto.
Oliver Duch

Hedy Lamarr pasó a la historia del cine como la primera mujer que se desnudó en una película comercial, o la primera que simuló un orgasmo en el cine: pero fue mucho más: pocos saben que fue la precursora del Bluetooth y la wifi y que reunió información del arsenal de la Alemania nazi y la pasó a los aliados. Hedy Lamarr es uno de los emblemas de la exposición 'Top Secret. Cine y espionaje' que inaugura este jueves el Caixafórum zaragozano en colaboración con la Cinémathèque Française. La muestra ha podido verse ya en París, Madrid y Barcelona, y llega a Zaragoza convertida en un éxito de público.

¿Por que? Pues porque explora dos mundos muy atractivos, y vinculados entre sí, el de los espías y el del cine, y porque incluye piezas seductoras de ambos ámbitos. Así, el visitante se encuentra desde un reloj de pulsera de 1956 que, combinado con lo que aparentemente es una pluma estilográfica, se convierte en realidad en una grabadora. Rudimentaria, pero efectiva para un espía de décadas atrás. Y, junto a este tipo de piezas, la muestra incluye golosinas para los cinéfilos como el esmoquin que Daniel Craig llevaba en la película de James Bond 'Casino Royale' o el cocodrilo submarino que aparece en 'Octopussy'.

Cinco son los ámbitos en los que se estructura la muestra, comisariada por Alexandra Midal, profesora de Historia y Teoría del Diseño, y Matthieu Orléan, de la Cinémathèque Française. En el primer ámbito se presentan ya algunos 'gadgets' originales. "El espionaje y el cine no son estrictamente autónomos -destacaba este jueves Orléan-, tienen que ver entre sí en cuanto ambos fotografían, graban, e incluso cifran y descifran". Se exponen allí, desde monedas con compartimentos secretos para ocultar microfilmes, usadas por la KGB, a una antiquísima cámara para llevar oculta en el pecho, pasando por una estación de reprografía usada también por la KGB. Como complemento, tres proyecciones de fragmentos de películas como 'La carta del Kremlin' o 'Minority Report'. 

Un segundo ámbito se centra en la mujer en el espionaje y el cine. "Para nosotros era importante deconstruir la representación patriarcal que se hace de la espía femenina en algunas películas -señalaba Alexandra Midal-. Porque hay también filmes en los que la representación es más variada, sin tantos estereotipos, donde vemos espías femeninas e inteligentes, modernas, que hacen mucho deporte". Este apartado arranca con Mata Hari, condenada a muerte porque presuntamente había sido espía alemana en la I Guerra Mundial, algo que hoy la mayoría de los investigadores consideran un bulo. Como el que se lanzó poco después de su muerte en el sentido de que en su detención había intervenido, por una cuestión de celos, la aragonesa Raquel Meller, aunque episodio que no se contempla en la exposición. Marlene Dietrich, de la que también se dijo en su día que había sido espía, pero del bando aliado, y la ya citada Hedy Lamarr completan este apartado.

La muestra incluye numerosos dispositivos usados por espías.
La muestra incluye numerosos dispositivos usados por espías.
Oliver Duch

El tercer espacio está dedicado a la Guerra Fría y aquí emerge un personaje totémico, el de James Bond. Carteles, dibujos, el traje granate con cremalleras que Hale Berry llevaba en 'Muere otro día', harán las delicias del cinéfilo más exigente. Hay aquí también 'gadgets', tanto de la ficción (una pulsera con pistola de dardos, un traje reversible, zapatos con una pequeña cuchilla oculta en el tacón o el arma que aparecía en 'El hombre de la pistola de oro') y de la realidad, porque los comisarios se han sumergido en distintos museos y colecciones para presentar al público objetos como un paraguas búlgaro de 1980 que tiene un dispositivo para que punta se retraiga y salga una jeringuilla hipodérmica con la que inocular sustancias. Y aquí cabe recordar el asesinato en Londres el 7 de septiembre de 1978 del periodista de origen búlgaro Georgi Markov, que trabajaba para la BBC. Markov estaba esperando el autobús en el puente de Waterloo cuando sintió un pinchazo en el muslo. Cuando se giró, vio a un hombre que se alejaba con un paraguas en la mano y que tomaba un taxi. Markov falleció poco después. 

El cuarto espacio está dedicado al espionaje después de la caída del Telón de Acero, con el foco puesto principalmente en el terrorismo. Aquí ya aparecen películas como 'La noche más oscura', 'Múnich' o 'Carlos', junto a series como 'Homeland' u 'Oficina de infiltrados'. Y el recorrido se cierra con una sección sobre la actual era de la vigilancia, información e hipermediatización, con casos como los de Edward Snowden y Chelsea Manning, o programas como Pegasus.

Un aspecto de la muestra que puede verse en el Caixaforum zaragozano.
Un aspecto de la muestra que puede verse en el Caixaforum zaragozano.
Oliver Duch

'Top Secret' juega con el visitante desde que este da su primer paso, y le va haciendo guiños (se le ofrece la posibilidad de hacerse un 'selfie' en modo espía) hasta el final. La exposición se cierra con una pregunta inquietante: '¿Te hemos espiado'?, que cada uno deberá responderse a sí mismo.

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