El futbolista Chimy Ávila, 'escudero' del héroe Manuel Escribano

El jugador acompañó al diestro en la enfermería de la plaza de toros durante toda la operación.

El diestro Manuel Escribano con los vaqueros de Chimy Ávila
El diestro Manuel Escribano con los vaqueros de Chimy Ávila
Jose Manuel Vidal

Pasaban pocos minutos de las nueve de la noche y se fundían en un abrazo fraternal el delantero argentino del Betis Chimy Ávila y el matador de toros Manuel Escribano, con un 'boquete' de diez centímetros en su pierna derecha que no le impidió arrimarse como un león y cortar dos orejas a un 'victorino' en la plaza de toros de la Maestranza de Sevilla.

El exjugador de la S. D. Huesca lo había acompañado en la enfermería porque el torero de la localidad sevillana de Gerena se lo había pedido y estaba en el callejón cuando, tras asustar al miedo, le cortó dos orejas a un toro de Victorino Martín, una de las 'alimañas' que bautizó el creador de esta ganadería con las que Escribano ha escrito una página heroica de La Maestranza.

Manuel Escribano había salido a torear tras ser operado sin anestesia general, a petición propia, de la cogida de "diez centímetros" en la pierna derecha y una fuerte contusión costal, según el parte médico, que le infirió el primer toro de la ganadería de Victorino Martín.

El torero de Gerena fue cogido al lancear por el pitón derecho tras recibir a 'porta gayola' a su primer toro en la puerta de chiqueros y, tras ser trasladado a la enfermería, fue operado en la enfermería de La Maestranza de una cornada grave, según informó un miembro de su cuadrilla a las cámaras de Onetoro.

El diestro pidió expresamente ser intervenido sin anestesia general para salir a matar su segundo toro, lo que ha hecho después de dos horas en la enfermería y vistiendo unos pantalones vaqueros, los del Chimy, en lugar de las taleguillas y sin la chaquetilla.

El diestro Manuel Escribano con los vaqueros de Chimy Ávila
El diestro Manuel Escribano con los vaqueros de Chimy Ávila
Jose Manuel Vidal

Mientras Borja Jiménez mataba al quinto, Escribano esperaba impaciente en la puerta de la enfermería para salir y lo hacía acompañado por el Chimy Ávila, quien lo acompañó durante la intervención: "tiene la raza igual que yo y que la Macarena lo proteja", dijo el delantero rosarino en televisión.

El torero se volvió a ir a la puerta de los chiqueros y luego 'formó un lío' visiblemente mermado, puso dos pares de banderillas y se la jugó sin cuentos para cortar dos orejas, poner La Maestranza boca abajo y decir que ya se puede "morir tranquilo".

El Chimy dijo que la camisa ya no se la prestaba a quien ya es su "hermano" después de cuatro años desde que se conocieron: "es una recompensa por el toro, por la gente y lo que es él", dijo tras el suceso de La Maestranza ante las cámaras que retransmitían el festejo.

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