Ana Roche: "No se habla de desahucios, pero estamos igual de mal"

La creadora zaragozana lleva 17 años trabajando como actriz. Hace un año montó ’La Roche Producciones’ con la que presenta ‘Cómete un pie’, en el Teatro de las Esquinas, el 11 de abril

Ana Roche actuará en el Teatro de las Esquinas
Ana Roche actuará en el Teatro de las Esquinas
Guillermo Mestre

El 27,2% de las mujeres en España está en riesgo de exclusión social. ¿Por qué ha querido plasmar esta realidad?

Para denunciar una situación de precariedad que se ha dejado de hablar, como si ya el problema estuviera solucionado y esto no es así.

¿En qué se ha inspirado para crear este monólogo?

La obra está basada en textos escritos en 2009 después de la crisis del 2008 por Cristina Fallarás. En ese momento, todo el rato se hablaba del riesgo de pobreza, de desahucios, del desastre nacional que se estaba viviendo. Ahora no se habla de nada de todo esto y estamos igual de mal o peor, porque los desahucios se producen por la diferencia que se ha creado entre lo que una familia ingresa y lo que tiene que pagar por un techo, comida, facturas, etc...

Es importante seguir recordando esta situación.

La cultura tiene un papel muy importante y en esta pieza de 60 minutos queremos poner voz a todos esos jóvenes que hoy no pueden alquilar un piso en solitario y se tienen que juntar, con todo lo que conlleva. Y no solo a esos jóvenes, sino a todas las familias que están en esa misma situación.

Usted lo hace con gran éxito.

Creo que, como artista, es mi responsabilidad retratar de la manera más honesta y más transparente que sé la situación actual que vivimos y que, como mujer contemporánea, sufro. Es una manera de militar contando una historia.

Las estadísticas también reflejan que nueve de cada diez mujeres que sufre problemas con la vivienda asegura tener una mala salud mental.

Pero cómo no vas a tener una mala salud mental, si tienes que estar rumiando todo el día de qué manera ganar cuatro ‘euricos’ para poder tener comida, techo, ropa, pagar facturas, conciliar y poder hacerte cargo de tus hijos. Es agotador.

¿Qué le viene a la cabeza cuando oye la palabra desahucio?

El sistema nos ha abandonado, nos hace perder el derecho a una vida digna. Desgraciadamente, cuando hay un proceso de desahucio, quien está dentro de ese proceso piensa que es un fracaso suyo y siente muchísima vergüenza. Por eso, hay asociaciones tan importantes como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

Usted preparó esta obra acudiendo a reuniones de la PAH.

Cuando iba a alguna reunión me di cuenta de la colaboración tan grande que hay entre mujeres, cómo nos unimos y buscamos salir para delante aprendiendo, si hace falta, hasta la Constitución española de cabo a rabo.

¿Es difícil trasladar esta realidad recurriendo al teatro del absurdo?

Creo que es el código en el que, ahora mismo, me siento más segura creando este tipo de realidades desesperadas. Y, por otro lado, es un código que casa a la perfección con el tipo de espectáculo que ofrecemos al espectador.

¿Qué cuestiona?

A la sociedad y al humano. Y siempre a través del humor. Pero lo que a mí personalmente me interesa del absurdo es que no te da las respuestas que esperas o que crees que se van a ir dando a lo largo del espectáculo, sino que dejamos a los espectadores la interpretación y el análisis de la pieza.

Y todo esto lo consigue con su sola presencia, acompañada de tres sillas y una mesa. ¿Qué importancia juegan los detalles? 

En este espectáculo, que está autoproducido y que no cuenta con una gran producción detrás, los detalles son muy importantes y, sobre todo, mi concentración y cómo voy llevando la línea dramática de cada uno de los personajes que interpreto para que sea lo más cercano a la verdad

¿‘Cómete un pie’ es mucho más que un espectáculo teatral?

Por supuesto. Es un manifiesto, es un golpe en la mesa, un acto contra el silencio, un salir del yo para entrar en lo colectivo y también es, sin duda alguna, un proceso de sanación.

Dice que es también una historia de amor. ¿Y de superación?

El amor es superación, y superarnos tiene que ser siempre desde el amor. Por eso es una historia también de superación.

¿Es este monólogo uno de sus proyectos más arriesgados?

Sin ninguna duda, porque te enfrentas al mayor monstruo que tenemos, nosotras mismas, nuestros pensamientos limitantes y tiranos. Pero cada día tengo menos porque estoy más segura de lo que hago y de lo que quiero transmitir y me siento tremendamente afortunada y privilegiada de poder contar lo que a mí me da la gana (jajajaja).

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