Por
  • Enrique Abenia

'La familia Benetón': humor cuñado y familia

Leo Harlem, con sus sobrinos en 'La familia Benetón'
Leo Harlem, con sus sobrinos en 'La familia Benetón'
Beta Fiction

Los monólogos dieron la popularidad a Leo Harlem. Por lógica, la llamada del cine iba a producirse, y en los últimos años no ha parado de encadenar participaciones. Se ha especializado en un tipo de humor muy definido y con un perfil de personaje emparentado, en dosis variables, con lo campechano, las actitudes propias del vago o del jeta y lo que se entiende en el terreno coloquial por cuñado. Harlem ha encontrado un cauce propicio en las comedias familiares con Santiago Segura construidas sobre los niños como factor divertido y entrañable, fórmula que aplica en solitario en ‘La familia Benetón’. Interpreta a un hombre al que le horripila cualquier cosa relacionada con chavales que tiene que encargarse por un tiempo de los hijos adoptivos de su hermana fallecida. La película de Joaquín Mazón, director de la reciente ‘La Navidad en sus manos’, de nuevo una coproducción entre España y México, funciona a ratos como tontería distraída pero en otros exhibe su total escasez en medio de la saturación que (aunque caiga simpático) provoca Harlem en su retahíla de gracias de corte similar.

‘La familia Benetón’ *
Dirección:Joaquín Mazón.
Guión:Curro Velázquez y Benjamín Herranz.
Intérpretes:Leo Harlem, El Langui, Alí Dia, Diego Montejo, Gala Bichir, Damián Alcázar.

La comicidad de mínimos resulta patente. La idea equivocada del protagonista de que la menor africana le hace vudú, la búsqueda del muñeco entre bolsas de basura o el recurso del falso tío biológico para que una de las chicas se sienta mejor señalan el flojo nivel de lo mostrado. Peores son las escenas de enfrentamiento con los vecinos estirados o los gags con el chihuahua.

El discurso cálido va enfocado a que no se vea extraña la realidad multicultural (apuntada de base en el evidente juego plasmado en el título), si bien para los retratos juveniles la historia se apoya en estereotipos. Algunas bromas hubieran gustado, y más en estos tiempos de corrección, si no nacieran ya caducas. Lo de la valla genera sensaciones encontradas. Por otro lado, el abuso de la música para enfatizar habla también del rango del filme.

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