El misterio de la tumba de Goya: ¿por qué está enterrado sin cabeza?

Un misterio aún sin resolver rodea al pintor aragonés más ilustre. Su cráneo sigue en paradero desconocido después de que se descubriese que había sido enterrado sin cabeza.

Imagen de Goya, en la Plaza del Pilar.
Imagen de Goya, en la Plaza del Pilar.
Heraldo

El pintor de Fuendetodos, Francisco de Goya, murió en Burdeos en 1828 y fue enterrado en uno de los cementerios de la localidad francesa. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, a finales del siglo XIX, se decidió exhumar su cadáver con el fin de repatriar sus restos a España. Es ahí cuando comienza el misterio, puesto que al cuerpo del genial pintor aragonés le faltaba la cabeza.

Los misterios entorno al paradero del cráneo y las teorías sobre lo que pudo pasar se multiplicaron durante décadas. El periodista de HERALDO, Mariano García, recordaba en un artículo cómo fue ese periplo y cómo se trató el tema en la sociedad de la época. “Cuando se abrió su tumba hace ahora casi un siglo se descubrió que no estaba el cráneo. Y, desde entonces, comenzaron a circular todo tipo de explicaciones, leyendas y bulos. Que si el pintor donó su cráneo a la ciencia, que si quiso ser enterrado junto a su amada, la duquesa de Alba... Nada se sabe aún. Se dijo que se lo había quedado un frenólogo para estudiar las características del cerebro de un genio. Pero se han dado numerosas hipótesis”, escribe.

“Siguiendo la misma línea especulativa, se da por seguro que fue un joven estudiante de medicina español quien violó la tumba y se hizo con la cabeza, para realizar un estudio frenológico, entonces muy en boga merced a las experiencias del médico alemán Gall. Este joven, de quien no se facilita ni el nombre, habría enviado el cráneo al pintor español Dionisio Fierros, que lo reproduciría en el lienzo que figura en el Museo Provincial de Zaragoza ('Cráneo de Goya'), para remitirlo posteriormente a unos amigos de Navarra, en manos de cuya familia -acomodada y honorable- se encontraría todavía”, prosigue el periodista.

En el lienzo de Fierros en el Museo de Zaragoza, en el que figura un cráneo, puede leerse en su parte trasera: "El cráneo de Goya pintado por Fierros en 1849". Es decir, 21 años después de la muerte del artista. Por lo que, este cuadro ahondaría en la hipótesis anterior.

Sin embargo, esta no es la única y también se especula con que el pintor no fuera enterrado con la cabeza o, incluso, que el cráneo hubiese sido utilizado como linterna, donado para la investigación o utilizado como base para dudosos experimentos científicos.

Finalmente, los restos mortales de Goya acabaron viajando a España en 1919 y fueron alojados en la ermita madrileña de San Antonio de la Florida, donde siguen todavía, eso sí, sin cabeza.

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