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  • Luis Alfonso Bes

Orquesta Sinfónica de Düsseldorf: una pequeña dosis de Wagner

Cultura. Sala Mozart Auditorio. Concierto Sinfónica de Dusseldorf / 19-03-2024 / FOTO GUILLERMO MESTRE [[[FOTOGRAFOS]]]
Un momento del concierto de la Sinfónica de Düsseldorf. 
Guillermo Mestre

Una Isolda loca de ansia amorosa formó su pandemónium convulso intachablemente ejecutado por Daniela Köhler, anhelando a su Tristán (Corby Welch). Tal explosión de sentimientos resultó cercenada en esta versión concierto limitada al acto 2, reducido a 70 minutos -según el programa- de la ópera ‘Tristán e Isolda’, de Wagner. Y la limitación comprensiva creció al carecer de sobretítulos o texto en papel, para quien no supiera alemán o desconociera la célebre leyenda celta en la que se basa la trama. Cuestión que teatros como la Opera Estatal Vienesa solucionan con un visor individual en cada butaca.

Así, Daniela Köhler, de timbre hermoso, oscuro en las notas graves, registro de pecho sólido y agudos vibrantes, rasgos idóneos para Isolda, unió su voz a la de un Corby Welch, de voz, anteayer, no tan robusta y potente como para afrontar la amplia Orquesta Sinfónica de Düsseldorf con la solvencia de un heroico ‘heldentenor’ wagneriano. Juntos lanzaron con su ‘Isolde! Tristan! Geliebter’, el dúo amoroso más embriagador jamás compuesto, que en esta versión abreviada se vio mitigado en éxtasis y extenuación. Una escena central habitualmente larga, de más de 40 minutos, que en esta versión reducida a su mitad rebajó su habitual pasión incandescente. El conjunto alemán sonó grande y envolvente bajo Adam Fischer, a cuyo hermano Iván vimos aquí en 2022 ante la Sinfónica de la Radio de Baviera.

Orquesta sinfónica de düsseldorf ****
Ópera y trama:Richard Wagner.
Cantantes: Daniela Köhler, Dorottya Láng, Corby Welch, Miklós Sebastyén y Juan Noval-Moro. 
Director: Adam Fischer.

Muy destacable Daniela Köhler en el tema de la muerte por amor, exhibiendo abundante belleza melódica. Köhler asistió a un vocalmente tímido Corby Welch, logrando un clímax musical notable, en un encrespado torbellino sonoro ascendente, zanjado de golpe por el rey Marke, Miklós Sebastyén. Un bajo que estuvo rotundo así como la muy destacable mezzo Dorottya Láng y en tenor Juan Noval-Moro, en su breve papel.

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