letras aragonesas. artes & letras

Ramón José Sender: el doble exilio de la censura

Olga Pueyo Dolader desentraña en un ensayo el complejo proceso de ‘Crónica del alba’, desde su edición en EE. UU. en 1946 a la española, en 1966

Uno de los retratos más conocidos de Ramón José Sender, que regresó a España en 1974 y 1976, y vivió en Francia, México y Estados Unidos, donde murió.
Uno de los retratos más conocidos de Ramón José Sender, que regresó a España en 1974 y 1976, y vivió en Francia, México y Estados Unidos, donde murió.
Archivo IEA/HA.

La investigadora aragonesa Olga Pueyo escribe un libro fascinante sobre la peripecia de la edición de ‘Crónica del alba’, cuando se cumple medio siglo del regreso de Sender a una patria de la que jamás debió exiliarse. El suyo fue un doble exilio. Al físico en Estados Unidos y México, hay que sumar el doloroso transtierro literario de escribir en español para el público americano con éxito notable y ser ignorado en tu patria, como les sucedió a Max Aub, Arturo Barea, Rosa Chacel, Herrera Petere, Paulino Massip, Mercé Rodoreda y un largo etcétera.

La autora indaga en el Archivo Nacional de Cataluña el interesantísimo intercambio epistolar entre el editor Jaume Aymà i Majol y el propio Sender los encuentros y desencuentros entre ambos. El Archivo General de la Administración le revela los procelosos protocolos censores que sufrió el tercer volumen. Aprovecha también el epistolario entre Sender y Maurín, publicado en su día por Francisco Caudet en Ed. De la Torre, para desentrañar el complejo entramado urdido junto a Víctor Alba, seudónimo de Pere Pagès i Elies, compañero del POUM, para esquivar a las autoridades españolas, las norteamericanas y las del partido comunista en el exilio.

Abre el volumen un esclarecedor prólogo de Fernando Larraz. Le sigue un documentado capítulo sobre el contexto de producción y edición en el exilio en el que analiza la frontera insalvable entre los intelectuales del interior y el exterior, la bonanza que supuso para las editoriales americanas –Emecé, Las Américas, Losada, Sudamericana– la producción de los exiliados españoles, ignorada en la península por las políticas censoras y represivas de la dictadura de Franco.

La segunda parte aborda el ominoso silencio interior ante la rica producción de los exiliados y el vergonzante olvido en los manuales publicados por Torrente Ballester, Julián Marías, Sáinz de Robles o Valbuena Prat, tendencia que nadie osó romper hasta la reseña de José Marra-López sobre ‘La venda’ de Serrano Poncela en la revista ‘Ínsula’ allá por 1959. Cierra esta segunda parte un interesante estudio sobre las condiciones de edición de las nueve novelas que integran ‘Crónica del alba’, en tres volúmenes, los dos primeros en el sello de la editorial Delos-Aymà y el tercero con el de su filial, la editorial Andorra. Es de gran interés el estudio del impacto de la nueva ley de censura de 1966, la ‘Ley Fraga’, cuya apariencia liberal escondía un perverso sistema de autocensura que obligaba a los editores a mutilar ‘per se’ los textos ante la posibilidad de enviar a la trituradora toda una edición. La ley permitía editar antes de censurar, pero los censores no habían cambiado y los autores en edad militar serían juzgados por la justicia militar.

Los dos primeros volúmenes, editados por Delos-Aymà, fueron estudiados con detenimiento bajo el prisma de la Ley de Prensa de 1938 y autorizados por fin tras un expurgo autoinfligido por el propio Sender, renunciando entre otras páginas a un prólogo del libretista y escritor catalán exiliado Lluis Capdevila. El libro de Olga Pueyo incluye en los apéndices los expedientes censores de los tres volúmenes, reveladores de la mirada limitante de Gabriel Arias Salgado, director general de Prensa, y el censor del tercer volumen, el coronel de infantería José María Gárate Córdoba, quien lo tachó de «impublicable». Dicen que la vida es más ágil que el rencor: debió ser esa la razón de que este expediente coincidiera en fecha con el Premio Ciudad de Barcelona de Novela otorgado a los dos primeros volúmenes de ‘Crónica del alba’. Presidía el jurado Juan Ramón Masoliver, el zaragozano que conoció a Joyce y Pound, quizá el mejor crítico de nuestra historia reciente.

Cierra el libro un capítulo sobre las desventuras de Aymà i Majol; estafado por su socio, sobrepasado por Lara (Sender ganó el Planeta en 1969) y las económicas ediciones de Alianza, no pudo cumplir con sus obligaciones de editor y cayó en un injusto olvido del mundo editorial.

LETRAS ARAGONESAS 

El triángulo editorial de ‘Crónica del alba’. ‘(México D.F., Nueva York, Barcelona)’. Olga Pueyo Dolader. Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2023, 248 pp.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión