cine

Feliz cumpleaños, Luis Buñuel: la genialidad que no cesa

Calanda celebrará este jueves el 124º aniversario del nacimiento de su hijo más célebre. La fascinación por su persona y obra crece en el mundo y es reivindicado por directores y actores.

El cineasta calandino Luis Buñuel.
El cineasta calandino Luis Buñuel.
R. A. H.

Este jueves 22 de febrero se cumplen 124 años del nacimiento de Luis Buñuel en Calanda. Un aniversario que será celebrado en su localidad natal con una jornada de puertas abiertas en el Centro Buñuel, un recorrido guiado por los lugares más vinculados con el cineasta y una charla a cargo de Víctor Juan, presidente del Rolde de Estudios Aragoneses. Conmueve reafirmar que, en este municipio del Bajo Aragón con poco más de 3.700 habitantes, naciera y se proyectara un talento tan rotundo y universal como el de este cineasta de leyenda.

Transcurridos 41 años desde su muerte y 50 desde su última película, su vigencia se mantiene inalterable y es una referencia habitual para los jóvenes aprendices de director y para los cinéfilos. El reciente ciclo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) o la adaptación teatral de ‘El ángel exterminador’ que se representa en Fráncfort, amén de las reverencias verbales de cineastas y actores actuales, suponen una habitación propia con vistas para la eternidad.

Lo corrobora Amparo Martínez Herranz, profesora titular de Historia del Cine de la Universidad de Zaragoza, autora de varios libros sobre Buñuel y comisaria de tres exposiciones sobre el artista. "La vigencia de Buñuel sigue palpitando en el audiovisual contemporáneo. Pero también en nuestra mirada cotidiana, porque su cine todavía provoca e inquieta. Incita a pensar, gracias a su habilidad para construir imágenes al mismo tiempo reconocibles y extrañas, con las que, a partir de ‘Un perro andaluz’ (1929), logró escribir poemas visuales alejados del sentimentalismo, pero comprometidos con la condición de un ser humano cargado de contradicciones", detalla.

Una durabilidad del discurso buñueliano que ejemplifica: "Durante las semanas en las que el coronavirus nos obligó a asilarnos, caímos en la cuenta de la vigencia de ‘El ángel exterminador’ (1962) porque conducía a reflexionar sobre las seguridades e incertidumbre de cualquier encierro, físico o mental. Una idea que otros cineastas han desarrollado a partir de la propuesta de Buñuel, entre ellos Juan Carlos Tabio con ‘Lista de espera’ (2000), como audaz metáfora de los bloqueos políticos, o Yorgos Lanthimos que en ‘Canino’ (2009) habla descarnadamente de las convenciones sociales, las ataduras familiares y el miedo al otro".

La autora del libro ‘La España de Viridiana’ pone el foco sobre el carácter referencial de Buñuel por encima de generaciones y limitaciones temporales. "Su obra y su actitud como creador son un referente cuando hablamos de la curiosidad incansable, de la búsqueda de la libertad, personal y artística, de la fascinación por el misterio. Porque no podemos explicarlo todo. Ese Buñuel que tantas veces se dibuja como hombre brusco e impulsivo, tuvo la fina intuición de leer y mostrar a través de su obra las grietas culturales, económicas o políticas que impedían alcanzar la Edad de Oro de la humanidad", concluye.

Fascinación por su persona

El también calandino Javier Espada tiene muy fresca en la memoria la admiración que sigue generando Buñuel en países como Estados Unidos, donde acaba de regresar de la proyección de su documental ‘Buñuel, un cineasta surrealista’ en el MOMA. "Cuando con Antón Borraz, por entonces alcalde de Calanda, preparamos la creación del Centro Buñuel, para su inauguración el 22 de febrero de 2000, dentro de los actos para celebrar el centenario de su nacimiento, Buñuel solamente era conocido y valorado por una minoría. Pero eso ha ido cambiando. Ha ido creciendo la valoración de su cine, en especial el realizado en México y algo que nunca le gustó: el interés en su persona", dice.

El presente y el futuro se antojan radiantes para este estudioso. "Hoy en día, Buñuel es mucho más valorado y reconocido en todo el mundo. Es uno de los cineastas de los que más se ha escrito e investigado. Su cine está teniendo un resurgimiento gracias a las restauraciones de sus películas y al reestreno en festivales. Su cine, libre, vanguardista, transgresor, fiel a sí mismo y a su surrealismo, continúa inspirando a directores y guionistas, a actores y actrices que vuelven, fascinados, a contemplar su obra", apostilla.

Vigencia de sus preocupaciones

Jordi Xifra, director del Centro Buñuel Calanda desde 2016, aporta un matiz: "El cine de Luis Buñuel interesa cada vez a menos porque en la cultura audiovisual de las nuevas generaciones los cánones han cambiado y Buñuel es un artista de otro tiempo que interesa a una minoría. Eso no quiere decir que no sea vigente, pero no tanto por su cine como por sus ideas. Hoy ya nadie hace el cine que hizo Buñuel y aquel que quiere escandalizar o parecer vanguardista recurre a artilugios de puesta en escena totalmente artificiosos (pienso en ‘Pobres criaturas’ de Lanthimos). Buñuel nunca fue artificioso y canalizó el escándalo a través de una puesta en escena tradicional. En esto no es vigente. En cambio, sí son vigentes sus preocupaciones, que insinuó en algunas películas al final de su filmografía, y que desarrolló en el último guión que nunca rodó, ‘Agón’. El terrorismo, la superpoblación, el desarrollo tecnológico y la desinformación eran para él los cuatro jinetes del apocalipsis. En eso fue un visionario".

Finalmente, Carmen Puyó, crítica cinematográfica de HERALDO, remacha la exposición. «Mucho se ha hablado de los orígenes de Buñuel para entender su forma de expresarse cinematográficamente. Pero, aunque algo le influyeran, creo que había algo más, tenía una personalidad muy especial, no uniforme, abierta a las ideas y a las sociedades en las que se formó. El París de su época era otro universo muy distinto al resto del mundo», explica.

Puyó confiesa su ambivalencia ante la obra de Buñuel: "Tuve la ‘suerte’ de no tener que hacer la crítica de ninguna de sus películas, porque en aquellos años era mi añorado Joaquín Aranda quien se encargaba de escribirla en HERALDO. Digo suerte porque confieso que no todo su cine me gustó. Hubo obras extraordinarias, no digo nada nuevo, pero otras con las que nunca he conseguido ni entenderme ni saber interpretarlas".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión