LITERATURA Y SOCIEDAD. OCIO Y CULTURA

Javier Aguirre: “Me dijo un preso: ‘Me escapo de la cárcel cuando quiero, pero nunca había ido tan lejos’”

El escritor, bibliotecario y crítico musical de HERALDO publica 'Quince años en la cárcel', que narra una experiencia fascinante de emoción y cultura.

Los jóvenes de Musethica ofrecen un concierto para los presos de Daroca.
Los jóvenes de Musethica ofrecen un concierto para los presos de Daroca.
Archivo J. Aguirre.

Quien lo conoce lo sabe: Francisco Javier Aguirre (Logroño, 1945), escritor, bibliotecario y archivero, padece el vicio o la pasión de la hiperactividad. Nunca se conforma, siempre le da una vuelta a las cosas, por eso es capaz de hacer crítica de música clásica, en HERALDO y otros medios, y presentaciones de conciertos, reseñas teatrales o de danza, comprometerse con clubes de lectura como el de La Almunia, y algunas cosas más. En 2009, decidió colaborar con las bibliotecas de las cárceles de Aragón, hasta 2023. Lo que él califica como una “experiencia apasionante, en el ámbito personal y también en el profesional”, y todo ello ha cristalizado en un nuevo libro, ‘Quince años en la cárcel’ (Muños Moya Editores), donde mezcla la prehistoria y la historia de la vivencia, con entrevistas, apuntes y los testimonios: recoge hasta 25 de escritores, músicos, impresores, cinéfilos, historiadores…, y tres presos.

“Nunca me había planteado ir a la cárcel de forma voluntaria. Y tampoco supuse nunca que mi trayectoria profesional como bibliotecario, que había comenzado en la Biblioteca Nacional de Madrid, acabaría en las bibliotecas de las cárceles de Aragón -dice, con un poco de humor este riojano que se ha afirmado en Teruel y luego en Zaragoza-. Fue la escritora Pilar Navarrete, que había sido directora general de Cultura del Gobierno de Aragón, quien me lo propuso. La idea procedía de conversaciones previas mantenidas con Mercedes Gallizo, por entonces Secretaria General de Instituciones Penitenciarias. La idea me pareció interesante. Tras girar una visita a las tres cárceles de Aragón (Zuera, Daroca y Teruel) para ver qué personal propio se ocupaba de los asuntos culturales, decidí aceptar la propuesta. En los tres centros penitenciarios encontré funcionarios ejemplares que estaban realizando una labor extraordinaria en la que quise colaborar”.

Casi a la vez que el voluntario entregado y generoso, apareció el bibliotecario que se había curtido en Madrid, en Teruel y muchos de sus pueblos, y en la Biblioteca de Aragón. Reorganizó las bibliotecas de las prisiones, sobre todo las de Daroca y Teruel. “En Zuera había un funcionario encargado del tema que aceptó muy bien mi colaboración y las propuestas que se derivaron en relación con la literatura. Cuando planteamos la organización de un Club de lectura, la idea fue acogida con mucho interés tanto por los funcionarios como por los internos deseosos de mejorar su nivel cultural. Esta respuesta positiva me llevó a proponer a mucha gente del mundo literario aragonés su participación en la iniciativa”, declara.

Roberto Artigas 'Gran Bob', Joaquín Carbonell, la coordinadora de la Cruz Roja y David Giménez en la cárcel de Daroca.
Roberto Artigas 'Gran Bob', Joaquín Carbonell, la coordinadora de la Cruz Roja Pilar Martínez Pallarés y David Giménez en la cárcel de Daroca. Ellos formaban el trio humorístico y evocador Los Tres Norteamericanos.
Archivo J. Aguirre.

Recuerda Aguirre, escritor de más de 50 libros, que algunos poetas y narradores ya lo habían hecho anteriormente, pero desde 2009 la participación fue amplia, continua y consistente, y ahí surgió el chispazo: “Un buen número de presos se implicaron no solo en la lectura sino también en la escritura creativa. Ya había concursos de poesía y relatos, pero los incrementamos. Por iniciativa de dos colaboradores con los que contacté, David Giménez y Víctor Guíu, creamos una editorial cartonera con el nombre de Zapaticos Rotos, en la que fueron publicándose textos escritos por los internos de las tres cárceles aragonesas e incluso de algunas otras que ya colaboraban en la revista digital ‘La Oca Loca’, de la cárcel de Daroca, o en la revista DI-GO, de la de Zuera”.

Javier Aguirre: "En el universo literario ‘exterior’ hay espacio para cualquier tipo de género y lenguaje, pero en las prisiones prevalece el sentimiento sobre el oropel expresivo”

En prisión, como se habrá imaginado el lector, hay de todo: más artistas y escritores de lo que cabría imaginar. El destino juega caprichosamente con todos y un mal momento lo tiene cualquiera o varios días seguidos. Dice Javier Aguirre: “El contacto con los poetas y narradores que cumplen condena me ha servido para tener una visión más amplia, e incluso más íntima, de la mente humana sometida a las limitaciones del espacio físico, que en ocasiones facilita la ampliación del espacio psíquico. En los talleres de creación literaria aprendí que la mayoría de las personas desean verse implicadas en lo que se cuenta, no solo por la trama o el tema sino también por el estilo, que ha de ser llano y comprensible. En el universo literario ‘exterior’ hay espacio para cualquier tipo de género y lenguaje, pero en las prisiones prevalece el sentimiento sobre el oropel expresivo”, señala.

Allí, en contacto con presos por razones muy distintas, constató lo que ya se imaginaba: muchos de los internos han tenido una vida ajetreada y difícil. Y algunos acceden o sienten la necesidad de contarla de viva voz o por escrito. También los hay que enmudecen por vergüenza. “Por mi parte, he tenido los oídos bien abiertos cuando varios internos, particularmente tres, han querido desahogar su tensión interior contándome sus desventuras. Con uno de ellos, ya en libertad, mantengo frecuente relación telefónica. Los otros dos han fallecido, y de uno de ellos obtuve tal cantidad de información que me motivó para escribir un relato testimonial, ya publicado. De forma sorprendente, su historia va a tener una secuela a raíz de los datos que me ha proporcionado la mujer por la que él estaba encarcelado. Evidentemente Juan V. fue un caso típico de quien lanza una botella en busca de la salvación”.

"Uno de los instantes consistió en el descubrimiento del delito de un interno, de conducta ejemplar, que estaba condenado a 30 años de prisión. Fue el momento más duro de todos los que he vivido"

Le pedimos a Javier Aguirre si puede recordar o seleccionar algunos instantes que se le han quedado en la memoria como un cuento o como una conmoción. “El primero fue el conocimiento en profundidad de la historia del citado Juan V. El segundo consistió en el descubrimiento del delito de un interno, de conducta ejemplar, que estaba condenado a 30 años de prisión. Fue el momento más duro de todos los que he vivido. El tercero fue la reacción de un interno de avanzada edad que, tras escuchar un concierto de Musethica en Zuera, sentado a mi lado, en el que se había mantenido con los ojos cerrados durante más de media hora, al abrirlos me miró y me dijo: ‘Yo me escapo de la cárcel cuando quiero, pero nunca había ido tan lejos’”. Esto es más que una confesión o un microcuento: resume en buena parte la capacidad de soñar y sentir de un preso y, en el fondo, de un ser humano.

Francisco Javier Aguirre ha vivido quince años inolvidables que le dan dado para varios novelas y grandes amistades.
Francisco Javier Aguirre ha vivido quince años inolvidables que le dan dado para varios novelas y grandes amistades.
José Miguel Marco.

Melómano practicante, en privado y en público, parecía lógico que Javier Aguirre apostase de algún modo por la música. Confiesa. “La música en las cárceles es un capítulo aparte, tal vez el más gozoso. Comenzó con la propuesta que hice a Miguel Ángel Tapia, director gerente del Auditorio de Zaragoza, de que nos asignara una docena de localidades en las matinales de los domingos del invierno, destinadas a una decena de internos de Daroca o de Zuera, más los vigilantes. Aceptó de inmediato la propuesta. Incluso acudía a recibir a los internos al vestíbulo inferior, antes de que alguno de los trabajadores del Auditorio nos acompañara explicando el edificio, enseñando los camerinos, las salas de ensayo, etc. La impresión que obtenían los internos es inenarrable”, dice Javier.

En 2013, se amplió la propuesta “con conciertos realizados en Zuera y Daroca tanto por el grupo Musethica como por algunos miembros de la Orquesta de Cámara del Auditorio-Grupo Enigma. Pero también llevamos a las cárceles otros géneros musicales, tanto grupos de rock, como cantantes melódicos y cantautores”. No puede citar Javier Aguirre a todos los nombres, pero sí le gusta recordar que el periodista, escritor y cantautor Joaquín Carbonell acudió tanto en solitario como con Eduardo Paz, y con el último grupo que creó, Los Tres Norteamericanos, con Roberto Artigas y el ya citado David Giménez.

¿Por qué debemos leer 'Quince años en la cárcel'?, le preguntamos. “Mi intención ha sido la de crear conciencia social en torno a esa realidad innegable, resaltando el trabajo solidario de personas e instituciones, desde Cruz Roja, a cuyo voluntariado pertenezco desde hace una década, a grupos musicales o teatrales, y evidentemente a poetas y narradores que han contribuido y lo siguen haciendo a crear ambientes de cordialidad dentro de las prisiones”, precisa.

El autor entona un elogio de la humanidad y la dignidad de los presos: “Solo quienes han participado en algunas de las actividades de todo tipo dentro de ellas son capaces de valorar el tremendo impacto que causa en los internos el que haya personas que se ocupen de ellos, al margen del régimen penitenciario. No son personas de segundo orden, sino gente que ha tenido mala suerte en la vida, que proceden de ambientes contaminados y que son víctimas de la situación, aunque hayan causado problemas a determinadas personas o a la sociedad en su conjunto”.

Mercedes Gallizo, que elogia el inmenso y generoso trabajo de Javier Aguirre, en su prólogo ahonda en estas reflexiones: "... todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad y es preciso poner los instrumentos para facilitar eso. La cultura siempre ayuda a mejorar las personas, mueve muchas cosas en su interior y puede estimular acciones positivas. Y también todos los que le han ayudado a desarrollar estas magníficas iniciativas".

La portada de este volumen que contiene 25 testimonios, entrevistas y una historia de este proyecto que ha sido muy fructífero en la literatura, en el cine y en la música.
La portada de este volumen que contiene 25 testimonios, entrevistas y una historia de este proyecto que ha sido muy fructífero en la literatura, en el cine y en la música.
Heraldo.es

LA FICHA

‘Quince años de cárcel’. Francisco Javier Aguirre. Prólogo de Mercedes Gallizo. 25 testimonios [Javier Mesa, Luis Bazán, Daniel Sancet, Encarnación Ferré, Ricardo Serna, Eloy Fernández Clemente, Carmen Marcuello, Angélica Morales, Manuel Forega, Fernando Gracia, etc.]. Muñoz Moya Editores. Sarrión, Teruel. 189 páginas.

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