El marchante de arte que convirtió a Amedeo en Modigliani

Paul Guillaume. Una exposición en el Museo de la Orangerie de París explora la relación entre el pintor y su principal promotor

'Elvira sentada, apoyada en una mesa', de Modigliani
'Elvira sentada, apoyada en una mesa', de Modigliani
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El Museo de la Orangerie de París acoge la exposición 'Amedeo Modigliani. Un pintor y su marchante', una muestra que profundiza en la relación entre el artista y el hombre que le puso en el disparadero y le cambió la vida. Paul Guillaume (1891-1934) fue uno de los principales promotores del pintor y escultor italiano de origen sefardí. Apasionado del arte africano y con olfato para las nuevas tendencias, enseguida intuyó que estaba ante un genio.

Guillaume abrió las puertas del mundo a Amedeo Modigliani (1884-1920), que no tardó en perder su nombre de pila. De una vez y para siempre se transformó en Modigliani. Poco más de un siglo después de su primer encuentro, el Museo de la Orangerie reúne 54 obras del artista, además de dibujos, fotografías y documentos de archivo. Todas las obras expuestas tienen una relación estrecha con el marchante: fueron de su propiedad y las vendió o glosó sus méritos en la revista 'Les Arts à Paris'.

Ebullición artística

El pintor italiano llegó en 1906 a París, ciudad cosmopolita y en plena ebullición artística. Tenía 22 años y ganas de hacerse un nombre en el mundo del arte. No tardó en codearse con Pablo Picasso, Maurice Utrillo y André Breton. Se movía entre Montmartre y Montparnasse, donde se concentraba la comunidad artística, y se zambulló en la vida bohemia, marcada por la miseria, el alcohol y las drogas.

El trato y admiración por Constantin Brancusi le llevaron a cambiar la pintura por la escultura. En 1913 retomó los pinceles, pero se encontraba desorientado, al haber partido su primer mecenas, Paul Alexandre, a luchar al frente en la Primera Guerra Mundial. Estaba desnortado hasta que Max Jacok le presentó a Paul Guillaume. Se movían en los mismos círculos. Los dos tenían afinidades artísticas y literarias y compartían un gran interés por el arte africano y la poesía.

Guillaume era uno de los pocos expertos en considerar las máscaras obras de arte y uno de los primeros en exponerlas junto a obras de arte moderno. A Modigliani le gustaba visitar el Museo de Etnografía de Trocadero. El marchante alquiló para el artista un estudio en París y se vanagloriaba de haberle persuadido para que se centrara en la pintura, más fácil de vender que la escultura.

Ya en 1915, la relación entre ambos era estrecha. El artista le hizo un retrato y en una esquina escribió dos palabras con mucho significado: 'Novo pilota' (nuevo piloto). Había depositado en sus manos la dirección de su carrera. Paul Guillaune tenía 23 años, visión de futuro y mucha ambición.

El pintor lo muestra en el lienzo con traje, corbata y guantes, a la altura de un "hombre de vanguardia". Pese a que al año siguiente conoció a otro marchante, el poeta polaco Léopold Zwoborksi, entre ambos habrá lealtad hasta el final. Guillaume siguió promoviendo y vendiendo sus obras hasta su muerte, en 1934.

Cinco retratos del marchante

Según Claire Bernardi, directora del Museo de la Orangerie, Paul Guillaume tuvo "un rol principal en la difusión de obra de Modigliani en el mercado del arte de los años 1920, tanto en Francia como en el extranjero". En la exposición, abierta hasta el 15 de enero, se pueden ver cinco retratos del marchante y coleccionista, que forman parte de la colección de la pinacoteca. También se muestran los retratos del poeta modernista y pintor Max Jacob, del director de cine Jean Cocteau y del pintor Moïse Kisling, entre otros.

Además, posaron para Modigliani modelos desconocidos y retrató a las dos mujeres con las que compartió su vida, primero, la poetisa Béatrice Hastings y, después, Jeanne Hébuterne. Hay algunos de los desnudos que realizó y que provocaron un gran escándalo al vislumbrarse el vello púbico.

Al final del recorrido por la exposición se puede visionar una película realizada a partir de fotografías de archivo de los apartamentos que tuvo Paul Guillaume en París. La cinta permite adentrarse en la intimidad de los dos amigos. Las obras de Modigliani aparecen colgadas siempre en lugares destacados en las paredes de las casas de Guillaume, junto a obras de Picasso, Matisse, Renoir y Cézanne.

El 24 de enero de 1920, Modigliani murió en París de una meningitis tuberculosa. Tenía 35 años y un deterioro físico y mental muy acusado. Dos días después, Jeanne Hébuterne, embarazada de su segundo hijo, se suicidó. La pareja está enterrada en la misma tumba en el famoso cementerio de Père-Lachaise de París.

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