El Ballet de la Ópera Nacional de Rumanía: un 'lago' relajante y en plena Navidad
No podía faltar 'El lago de los cisnes' en plena Navidad. El Ballet de la Ópera Nacional de Rumanía estrenó el viernes, 22 de diciembre, su versión de dicho ballet, siempre basado en la obra de Petipa/Ivanov, pero esta vez con arreglos de Vasili Salomon.
El buen gusto de la compañía fue dejar la escena vacía de la sala Mozart. Unos pocos sillones y sillas, además de una gran pantalla iluminada a modo de ciclorama, bastaron para convertir el escenario en un decorado.
En el primer acto, el famoso vals ya predecía como iba a ser la representación: una coreografía bonita, bien adaptada, con un trabajo limpio y claro.
El paso a tres es una joyita del ballet romántico de repertorio y lo ejecutaron completo (¡por fin una compañía lo hace así!). Lo protagonizaron dos solistas capaces que lograron buenos resultados.
El segundo acto (el famoso de los cisnes), sirvió para que brillaran en la siempre dificil búsqueda de la igualdad sobre la escena. También el paso a dos de Odette y Sigfrido (más lento musicalmente de lo normal) estuvo bien bailado por Andreea Jura, que le dió el romanticismo y la técnica que corresponde.
De vuelta al palacio (tercer acto), disfrutamos de las variaciones correspondientes (la tarantela, las zardas y la española) y todos los intérpretes salieron airosos y ofrecieron momentos muy agradables.
Llegamos al paso a dos del cisne negro, en el que Andreea Jura se lució a gusto, con seguridad, equilibrio, buenos 'fouettes', giros y la expresividad que requiere ser la malvada Odile.
El cuarto acto es un tramo que las compañías alargan cada vez más, pero eso no importa si conlleva un paso a dos tan hermoso como el que bailaron esta vez los protagonistas. Mientras, los cisnes siguieron mostrando su estupendo trabajo de igualdad.
Conclusión: fue un 'Lago de los cisnes' relajante, lo que en estos días de trajín navideño sienta de maravilla.
