Cine de altura en Casetas: Ramón Barea y Eduard Fernández, de rodaje en Vinos Chueca

El veterano actor vasco protagoniza el corto 'Las cucarachas', de la zaragozana Ainhoa Aldanondo, con Fernández como asistente. Se rodó en el bar casetero este domingo 17 y lunes 18 de diciembre

Eduard Fernández y Ramón Barea, durante el rodaje en Vinos Chueca.
Eduard Fernández y Ramón Barea, durante el rodaje en Vinos Chueca.
Txabi Beroitz

El bar Vinos Chueca de Casetas tiene una larga relación con la música en directo y las artes. Su copropietario, Roberto Artigas, es el líder de la banda Gran Bob y los Leones del Bluegrass, que actuó el pasado septiembre en el recinto Expo de Zaragoza durante la segunda edición del Vive Latino. La pintoresca decoración es otro activo del lugar, que no deja indiferente a ningún visitante y ya ha sido inmortalizada en varias grabaciones, especialmente videoclips. Desde hace unos días, Vinos Chueca es también un escenario de cine, ya que albergó durante dos jornadas de trabajo al equipo de filmación del corto ‘Las cucarachas’.

Se trata de un filme de la zaragozano Ainhoa Aldanondo, residente en Madrid. Formada en ballet clásico en el estudio de María de Ávila y en actuación en la prestigiosa escuela madrileña Corazza (reside en la capital de España), debutó como actriz hace 12 años gracias a 'De tu ventana a la mía', de Paula Ortiz. El año pasado tuvo un pequeño papel de científica en 'Asteroid City', de Wes Anderson.

La zaragozana Ainhoa Aldanondo.
La zaragozana Ainhoa Aldanondo.
H. A.

Aldanondo es la cabeza visible de un proyecto que aborda el análisis de la lacra neonazi. El proyecto ha recibido este año una subvención de 9.000 euros de la Diputación Provincial de Zaragoza, y todavía no tiene fecha de estreno. El veterano intérprete bilbaíno Ramón Barea, es el protagonista; el actor catalán Eduard Fernández, ganador del premio Goya, del Feroz, de la Concha de Plata en San Sebastián y pareja de Ainhoa, colaboró como asistente de rodaje en el barrio zaragozano.

Dos días bien aprovechados

Artigas explica que la propuesta llegó de un colega zaragozano involucrado en el mundillo fílmico. “Ya ha grabado alguna cosa aquí, y estaba en contacto con la producción. Al parecer les falló la primera opción en el barrio Oliver, y pensaron en Vinos Chueca. Llegaron a localizar, hicieron fotos, tomaron notas y al poco tiempo me dijeron que les venía muy bien para el rodaje”.

Vino equipo técnico de Madrid, que se nutrió luego de asistentes de producción locales, incluyendo algún vecino de Casetas. También hubo extras zaragozanos. “Yo ponía el local y me quedaba en una esquina para echar una mano en lo que fuera, reservaron la tarde del domingo pasado y el lunes de 10.00 a 18.00. Así fue: abrí normal el domingo por la mañana y cerré antes de las 16.00 para dejar todo tal y como lo necesitaban, menaje incluido”.

El rodaje se extendió hasta la medianoche del domingo. “Al final también fui extra, hacía frío para estar en el patio -bromea Artigas- y todo fue muy bien, vinieron gente del teatro de Zaragoza. Tanto el equipo como los dos protagonistas fueron muy agradables y educados. A Ramón, de hecho, lo conocí hace unos 10 años, porque rodamos en el teatro Andén 7 de Bilbao un espacio sobre ‘Tabernas fantásticas’, e incluso toqué alguna canción. Cuando se fueron lo acondicioné todo muy rápido, porque a las 19.30 venía Marisol Aznar a promocionar la novela ‘No podría estar más contenta’ que acaba de sacar con María Frisa”.

Gran Bob disfrutó con la experiencia. “Ellos también se fueron contentos, el bar tiene cosas muy curiosas. De hecho, cogieron muchos planos de recurso, por si las moscas. A ver si nos vamos a convertir en plató de cine… por mí, encantado”.

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